Biblia abierta

Curiosidades de la Biblia.

La Biblia afirma ser la Palabra de Dios.

  • “Ustedes no añadirán nada a la palabra que yo les mando, ni quitarán nada de ella, para que guarden los mandamientos del Señor su Dios que yo les mando” (Deuteronomio 4:2). Moisés afirmó que lo que él mandó al pueblo eran los mandamientos de Dios.
  • “Si a aquellos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses, (y la Escritura no se puede violar)” (Juan 10:35). Jesús afirmó que el Antiguo Testamento es la Palabra de Dios.
  • “Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen” (1 Tesalonicenses 2:13). El apóstol Pablo aplaudió a los tesalonicenses porque aceptaron sus palabras como Palabra de Dios.
  • “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16). Lo que se traduce como “inspirada por Dios” significa dada por el aliento de Dios, exhalada por Dios, soplada por Dios. La Biblia salió de la boca de Dios.
  • “Quien dio testimonio de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo, y de todo lo que vio” (Apocalipsis 1:2). El último libro de la Biblia dice que Juan dio testimonio de la Palabra de Dios.

Éxodo 20:1; 24:4; Hechos 2:16, 17; Romanos 1:2; 1 Corintios 14:37 y Hebreos 5:12 son otros pasajes bíblicos (¡de miles!) que afirman que la Biblia es la Palabra de Dios.

¿Por qué todo eso es importante? Por al menos dos razones: primero, los cristianos estaríamos perdiendo el tiempo si argumentáramos que la Biblia es la Palabra de Dios, pero ella misma no afirmara serlo. Segundo, como dice Samuel Waldron, “suponer que sea necesaria una revelación divina subsiguiente para atestiguar la revelación bíblica requeriría que esa verificación divina subsiguiente fuera atestiguada por una tercera revelación y así ad infinitum. Si la Biblia, como la voz de Dios desde el cielo, no se atestigua a sí misma, ninguna cantidad de voces desde el cielo será jamás suficiente para atestiguarla” (Exposición de la confesión bautista de fe de 1689, p. 46).

La Biblia como Palabra de Dios es apoyada por otras religiones.

Aparte del cristianismo, el judaísmo y el islam son religiones monoteístas que afirman (directa o indirectamente) en sus libros sagrados que la Biblia es la Palabra de Dios.

El libro sagrado del judaísmo es la Torá, también conocido como Tanaj, y este libro comprende los siguientes libros: Génesis, Éxodo, Levítico y Deuteronomio. Los cuales son, a su vez, los primeros cinco libros de la Biblia.

El libro sagrado del islam es el Corán, el cual reconoce que Dios reveló libros sagrados a los profetas anteriores: la Torá, revelada a Moisés; los Salmos, revelados a David; el Evangelio, revelado a Jesús. El Corán también señala que algunas partes de la Biblia han sido alteradas o malinterpretadas con el tiempo.

Los manuscritos de la Biblia fueron copiados cuidadosamente, muchas veces.

Para los nuevos: la Biblia no se escribió ayer y tampoco se escribió originalmente en español. Hoy en día, no tenemos los documentos o manuscritos originales de los libros que componen la Biblia. Pero, ¡que no cunda el pánico!

Hoy en día tampoco tenemos los documentos originales de ninguna obra literaria de la antigüedad. Ahora, ¿qué hace de la Biblia un libro diferente a otra obra literaria antigua? Respuesta corta: el número de copias que tenemos en relación con el número de manuscritos y el intervalo de tiempo entre el original y las copias que tenemos de la Biblia; lo cual hace que la Biblia sea más confiable que cualquiera otra obra literaria de la antigüedad.

Los manuscritos de la Biblia fueron copiados muchísimas veces. Y el hecho de que todos los que tenemos concuerden de forma abrumadora es evidencia de que fueron copiados con mucho cuidado y atención. El erudito Gleaspn Archer, Jr observó que las dos copias de Isaías encontradas en las cuevas de Qumran “resultaron ser idénticas, palabra por palabra, a nuestra Biblia hebrea estándar en más del 95 por ciento del texto. La variación del 5 por ciento consistió principalmente de obvios errores de pluma y variaciones ortográficas” (A survey of Old Testament Introdiction, p. 19).

Ningún erudito pondría en duda la autenticidad de la Ilíada de Homero aunque sólo contamos con 643 copias. Tampoco dudamos de la autenticidad de Las guerras galas de Julio César aunque sólo tenemos 10 copias y la más temprana copia fue hecha mil años después de que fue escrito. Lo mismo podemos decir de Tetralogías de Platón (7 copias, la más temprana copia vino 1,200 años después) y de Anales de Tácito (20 copias, la más temprana copia vino 1,000 años después).

Pero el Nuevo Testamento es diferente. Para el año en el cual estoy escribiendo esto, contamos con más de 5 mil manuscritos griegos del Nuevo Testamento. Muchos de ellos datan solamente de un siglo después de haberse escrito el original.

La ventaja de tener tantas copias es que nos permite ver dónde los escribas cometieron errores o dónde se hicieron inserciones. Así, después de hacer las correcciones necesarias, se hace más fácil reconstruir el texto original.

La historicidad de la Biblia es confirmada por la arqueología.

El arqueólogo Nelson Glueck, cuyos aportes llevaron al descubrimiento de miles de ciudades antiguas, dijo: “Efectivamente –puede expresarse de manera categórica y clara–, ningún descubrimiento ha negado jamás una sola referencia bíblica. Muchísimos son los hallazgos arqueológicos que confirman declaraciones históricas de la Biblia con detalle exacto o claro esquema” (Rivers in the Desert, p. 136).

Millar Burrows, arqueólogo de Yale, declaró: “El trabajo arqueológico ha fortalecido incuestionablemente la confianza en la veracidad del registro escritural. Más de un arqueólogo ha  visto crecer su respeto por la Biblia por causa de la experiencia de excavar en Palestina” (What Mean These Stones?, p. 1).


En el próximo artículo veremos 4 curiosidades más de la Biblia. ¡No te lo pierdas!

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Misael Susaña

Misael Susaña nació en República Dominicana, fue salvado a la edad de trece años y actualmente es uno de los pastores de Iglesia Fundamento Bíblico. Es también maestro de Inglés. Estudió Teología Sistemática en la Academia de la Gracia (Reformed Baptist Seminary) y ha participado en varios diplomados. Desde el 2008, ha publicado regularmente artículos bíblicos en su blog (gustadaDios.com). Misael, teniendo en mente Salmos 34:8, prefiere describirse a sí mismo como un «Catador de la bondad de Dios y feliz promotor de ésta; para Su gloria y el beneficio [en Él] del creyente».

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