Ora fervientemente por ellos.

Un siervo no es mayor que su señor.» Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros; si guardaron mi palabra, también guardarán la vuestra” –esas fueron las palabras que Jesús dijo a sus discípulos en Juan 15:20. Éstas fueron certísimas; los discípulos de Jesús fueron perseguidos, maltratados y la mayoría asesinados. Todo este aborrecimiento del mundo hacia los cristianos es porque los cristianos no son del mundo, sino elegidos del mundo por Jesús (Jn. 15:19). Como discípulos de Jesús, todos los cristianos debemos estar preparados para ser aborrecidos por el mundo, aborrecimiento que llevará al mundo a perseguir a los cristianos. Dice la Palabra de Dios en 2 Timoteo 3:12: “Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos”. «Se dice que hoy en día hay más mártires cristianos que en el año 100 d. C., en los días del Imperio Romano. De acuerdo con un estudio realizado en la Universidad Regent, en el año 1999 fueron martirizados 164.000 creyentes alrededor del mundo. Se estimó que serían martirizados 165.000 en el año 2000» (Locos por Jesús, p. 13). Pero, sabe que como dijo Jesús: “el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará” (Mc. 8:35); Él fue también quien dijo: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn. 16:33). Alguien acertadamente dijo: “el sufrimiento por Jesús es temporal, el deleite de Jesús es eterno”.

En Hechos 12 se relata que Herodes echó mano a algunos que pertenecían a la iglesia para maltratarlos; entre los cuales estaba Jacobo, quien murió a espada (v. 2) y Pedro, quien aunque había estado encarcelado, Dios –como respuesta a la oración ferviente de la iglesia– lo libró milagrosamente de la cárcel (vv. 5, 7). Hoy en día no hay mucha diferencia, a muchos de la iglesia se les echa mano, se les persigue y la iglesia debe actuar de la misma manera que en años atrás: orar fervientemente a Dios por los cristianos perseguidos. No sabemos si Dios salvará del maltrato y la muerte a todos aquellos por quienes oramos o si determinará que mueran y pasen a estar con Cristo que es muchísimo mejor; pero oremos fervientemente a favor de ellos. Hebreos 13:3 dice: “Acordaos de los presos, como si estuvierais presos con ellos, y de los maltratados, puesto que también vosotros estáis en el cuerpo”.

Amemos a los cristianos que sufren por causa de Jesucristo; ¿no son ellos nuestros hermanos? ¿no fue la misma sangre de Jesucristo la que nos compró, limpió y salvó? No importa si la distancia es tan larga como está el Oriente del Occidente, ora fervientemente por ellos tanto individualmente como colectivamente (como iglesia). Ora para que el Señor les de a los cristianos perseguidos:

  • Valentía y prudencia (Mt. 10:16-33).
  • Valor para escoger morir antes que negar a Jesucristo (Hch. 4:19,20).
  • Denuedo para predicar la Palabra (Hch. 4:23-31).
  • Liberación de hombres perversos y malos (2 Ts. 3:2).
  • Amor por aquellos que los persiguen (Mt. 5:44).
  • El ver el sufrimiento por causa de Cristo como un privilegio (Flp. 1:29).
  • El ver la muerte como ganancia (Flp. 1:21-23).