Kauflin sobre «¿Qué pasa cuando cantamos?» [III]

EL CANTO PUEDE AYUDARNOS A USAR PALABRAS PARA DEMOSTRAR Y EXPRESAR NUESTRA UNIDAD

Cantar nos permite pasar largos períodos de tiempo comunicando los mismos pensamientos, la misma pasión y la misma intención. Los científicos han encontrado que cantar colectivamente produce un cambio químico en nuestros cuerpos que contribuye al sentido de unión.

Dios es honrado cuando cantamos solos, cuando una persona musicalmente dotada lleva a cabo un solo, cuando un coro canta o cuando diferentes segmentos de una iglesia cantan uno al otro –tomando turnos. Pero el énfasis predominante de la Escritura son creyentes confesando juntos sus creencias comunes. El libro de Apocalipsis no da la impresión de que Jesús murió por solistas independientes, personas que cantarían por ellas mismas en sus propias nubes o en diferentes secciones de la tierra renovada. El murió para redimir un coro universal. Eso significa que cada voz en la iglesia importa. Somos llamados a cantar con otros, especialmente en el contexto de nuestra iglesia local. La pregunta no es: «¿Tienes buena voz?»; sino: «¿Tienes una canción?».

Canta canciones que unan a la iglesia en vez de dividirla. Debemos apreciar los diversos géneros musicales y estilos que Dios ha dado a diferentes culturas, grupos étnicos y generaciones. Pero la música en la iglesia nunca fue destinada para ser «algo para cada persona». Debe haber un estilo musical en común que hable a la mayoría de los individuos en nuestra iglesia y ocasionalmente introducir nuevas canciones y estilos, para que podamos apreciar la gloria de Dios expresada en nuevas maneras de música. Pero lo más importante debe ser el sonido de las propias personas. Dios nos manda en numerosas partes de la Escritura a adorarle con instrumentos (Sal. 33:2, 3; 81:2; 150), cuyo propósito principal es apoyar el canto apasionado, lleno de fe y centrado en el evangelio. Es por eso que siempre animo a los líderes en la iglesia a tomar tiempo para cantar a capela; sea una línea, un verso o una canción completa. El sonido que une a la iglesia debe ser el sonido de las voces, no el de un estilo musical en particular. Cuando las personas se enfocan en ese sonido (el de las voces) y en el hecho de que Jesús lo hizo posible, el estilo se vuelve secundario.

La iglesia siempre estará explorando nuevas y diferentes maneras de expresar la gloria de Dios y nuestra respuesta a El. Pero Dios no nos asigna la tarea de cantar la música más radical, a la vanguardia y creativa. En otras palabras, nuestra colección personal de música no es el mejor lugar para comenzar a la hora de pensar en qué canciones debemos cantar los Domingos. Queremos buscar una creatividad que no distraiga, que una a la iglesia alrededor de la verdad central del evangelio en vez de dividirla por innovación musical.

Efesios 2:14 dice: “Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación”. Él no sólo ha derribado la pared de nacionalidad, raza y clase. El ha derribado las paredes de preferencia musical. Yo no amo a las personas en nuestra iglesia porque nos gusta la misma clase de música, o porque podemos nombrar las mismas bandas, o porque todos cantamos del mismo himnario. Yo amo a las personas en mi iglesia porque Jesús me ha capacitado para amarlas a través de Su muerte expiatoria una vez y para siempre. Acerca de eso leemos en Apocalipsis 5:9: “Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación”. ¿Qué clase de música las personas de cada tribu, lengua y nación cantan? ¡No lo sé! Dios no nos dijo. En vez de eso, Dios nos dijo cuál debe ser el foco de nuestras canciones: Digno es el cordero que fue inmolado. Ha habido ocasiones cuando yo he escuchado grabaciones de mí mismo dirigiendo la adoración y pienso: “Eso es horrible. ¿Cómo Dios puede aguantar eso?”. Él puede, porque Él escucha a través de Su Hijo lo que nosotros hacemos. Nuestra fe no está en lo que nosotros hacemos, está en lo que Jesús ha logrado a nuestro favor y en nuestro lugar en la cruz.

ANTICIPANDO LAS CANCIONES POR VENIR

Así que, ¿qué estamos haciendo en nuestra iglesia local para promover, animar y participar en la clase de canto congregacional que vemos en Apocalipsis? En los nuevos cielos y nueva tierra vamos a tener mentes más claras para disfrutar las glorias de Dios; tendremos nueva fuerza para darle la gloria que Él merece; y tendremos un tiempo ilimitado en el cual hacerlo, libres de cada y toda influencia de pecado. El canto finalmente y completamente servirá el propósito para el cual fue destinado.

Hasta [que llegue] ese día, nosotros seguimos cantando –agradeciendo a Dios por las canciones antiguas que nos unen con los santos de la historia, disfrutando las canciones nuevas que nos permiten expresar la verdad eterna en una manera refrescante, y anticipando las canciones que están por venir. El salvador nos ha rescatado para que podamos cantar la canción de los redimidos. Cantémosla bien, constantemente, apasionadamente, para Su gloria y el avance de Su evangelio hasta que venga el momento cuando nuestras canciones nunca terminarán.


Estas anotaciones fueron tomadas de Words of Wonder: What Happens When We Sing?, expuesto por Bob Kauflin en la Conferencia Nacional Desiring God 2008. Traducción de Misael Susaña. Usado con permiso de DesiringGod.org

1ra parte; 2da parte; 3ra parte

Publicado por

Misael Susaña

Misael Susaña nació en República Dominicana, fue salvado a la edad de trece años y actualmente es uno de los pastores de Iglesia Fundamento Bíblico. Es también maestro de Inglés. Estudió Teología Sistemática en la Academia de la Gracia (Reformed Baptist Seminary) y ha participado en varios diplomados. Desde el 2008, ha publicado regularmente artículos bíblicos en su blog (gustadaDios.com). Misael, teniendo en mente Salmos 34:8, prefiere describirse a sí mismo como un «Catador de la bondad de Dios y feliz promotor de ésta; para Su gloria y el beneficio [en Él] del creyente».

4 comentarios en «Kauflin sobre «¿Qué pasa cuando cantamos?» [III]»

  1. Sr. Misael:
    Muchas gracias por este artículo, que me ha sido de mucha utilidad. Yo buscaba algo interesante que poner como introducción al cantoral del coro que actualmente coordino y dirijo, que a esto viene a ser el 3er coro al que he pertenecido como coordinador, y siempre busco ofrecerle a mis compañeros materiales de fuentes confiables para aumentar nuestra fé y la confianza en nuestro ministerio, que es el canto. Una vez más, muchas gracias por traérnoslo y compartir con nosotros tan hermosa y valiosa información

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