Roca de la eternidad,
fuiste abierta Tú por mí.
Sé mi Escondedero fiel,
sólo encuentro paz en Ti.
Rico, limpio manantial,
en el cual lavado fui.
Aunque sea siempre fiel,
aunque llore sin cesar,
del pecado no podré
justificación lograr;
sólo en Ti teniendo fe
el perdón podré alcanzar.
Nada traigo para Ti,
mas tu cruz es mi sostén,
desprovisto y en escasez,
hallo en Ti la paz y el bien;
sucio y vil acudo a Ti,
a ser puro y limpio al fin.
Mientras haya de vivir,
y al instante de expirar;
cuando vaya a responder
en tu augusto tribunal,
sé mi escondedero fiel,
Roca de la eternidad.
Letra: Augustus M. Toplady, 1775, trad. T. M. Westrup. Música: Thomas M. Hastings, 1830.
Siempre es Bueno apoyarse en la Fortaleza de los Siglos… Topladay fue un Calvinista que camino a un lugar le sobrevino un fuerte aguacero, y se tuvo que refugiar en una gran roca que se llamaba ‘La Roca de los Siglos’ de ahí la idea de componer dicho himno, Bendiciones!