La doctrina de la elección afirma que Dios por el puro afecto de Su voluntad, desde la eternidad, ha elegido para salvación a un grupo definido de personas. La doctrina de la elección, en última instancia, no es de los bautistas reformados ni de Calvino, sino de la misma Biblia (1 Ts. 5:9; 2 Ts. 2:13). Ahora, al hablar de la doctrina bíblica de la elección hay una pregunta que, si no siempre, casi siempre surge: ¿cómo sé si fui elegido?
Las palabras del apóstol Pablo a la iglesia de los tesalonicenses son muy interesantes: “sabiendo, hermanos amados de Dios, su elección de vosotros” (1 Ts. 1:4). En este versículo Pablo no sólo hizo referencia a la elección, sino que también afirmó saber que los cristianos en la iglesia de los tesalonicenses habían sido elegidos por Dios. “Pablo, ¿no es muy osada esa afirmación? ¿cómo puedes saber aquello que Dios solo hizo en la eternidad? ¿recibiste alguna revelación directa de Dios por ser apóstol?” –preguntamos–. ¿Por qué Pablo está tan seguro de saber que Dios había elegido para salvación a la iglesia de los tesalonicenses? La respuesta de Pablo, que inicia con un “pues”, se encuentra en los versículos 5 al 10 del mismo 1 Tesalonicenses 1. Pablo conocía la elección de la iglesia de los Tesalonicenses porque:
- El evangelio había sido predicado, la buena noticia de salvación había llegado a sus oídos: “nuestro evangelio… vino a vosotros… en palabras” (v. 5);
- el evangelio había llegado también en poder y en el Espíritu Santo, quien obró e hizo eficaz las palabras del evangelio: “nuestro evangelio no vino a vosotros solamente en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo” (v. 5);
- el evangelio había sido creído, ellos habían confiado sincera y completamente en Jesucristo como el Hijo de Dios, el resucitado de los muertos, el Salvador: “nuestro evangelio… vino a vosotros… con plena convicción” (v. 5);
- ellos (los creyentes en la iglesia de los tesalonicenses) tenían gozo en medio de mucha tribulación, gozo que es imposible sin el Espíritu Santo: “habiendo recibido la palabra, en medio de mucha tribulación, con el gozo del Espíritu Santo” (v. 6);
- ellos habían dado la espalda a sus pecados para ahora servir a Dios, es decir, habían experimentado el verdadero arrepentimiento: “os convertisteis de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero” (v. 9);
- ellos esperaban la segunda venida del Hijo de Dios, Jesús: “y esperar de los cielos a su Hijo” (v. 10).
La afirmación de Pablo de saber la elección de la iglesia de los tesalonicenses no fue una osadía del apóstol ni este saber vino como resultado de alguna revelación divina. Pablo no supuso la elección de la iglesia de los tesalonicenses sin ninguna prueba. Más bien, después de haber considerado las cosas que hemos visto arriba, Pablo concluyó que la iglesia de los tesalonicenses tenía que haber sido elegida por Dios. Todo aquel que ve en sí mismo estas cosas (evidencias) que se presentan en 1 Tesalonicenses 1:5-10, puede saber de su elección y dar gracias a Dios por ésta.
La doctrina de la elección de Dios debe «tratarse con especial prudencia y cuidado». Al evangelizar, nunca debemos dar a entender al no creyente que antes de ir a Jesucristo, con arrepentimiento y fe, debe saber si es elegido (tal conocimiento es imposible); tampoco debemos dar a entender que Jesucristo rechazará a alguno de los que van a Él con arrepentimiento y fe (lo que es imposible). Más bien, nuestro llamamiento debe ser: “Arrepiéntanse de sus pecados (Hch. 17:30), confíen completamente en Jesucristo como Salvador (Hch. 16:31) y sin duda serán salvados (Jn. 6:37)”. John Bradford lo dijo de la siguiente manera: “Deja a un hombre ir a la escuela primaria de la fe y el arrepentimiento antes de ir a la universidad de la elección y la predestinación”.
Importante pregunta. Mejor la respuesta que da la Biblia.
Asi es, mi hermano. Gracias!