En el libro sobre complementariedad cristiana titulado Good [Bueno], Marshall Segal hace una paradójica declaración: “en el lugar más feliz de la historia [el paraíso] no habrá bodas, ni matrimonios ni sexo” (pp. 106, 107). No sé si puedes ver por qué digo que esa es una paradójica declaración (una declaración que parece contradecirse). El asunto es que si hiciéramos una lista de las cosas más placenteras en este mundo, sin duda alguna las bodas, el matrimonio, y el sexo se encontrarían en los primeros lugares de la lista. Y a pesar de que Marchall Segal dice que esas buenas cosas no existirán en el cielo, él dice que el cielo seguirá siendo el lugar más feliz de la historia. ¿Confirma o desmiente la Biblia esa declaración?
En Marcos 12:25 Jesús dijo: “Porque cuando resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dados en matrimonio, sino que serán como los ángeles en los cielos”. Ya que la boda es la ceremonia en la que se celebra el matrimonio y ya que el sexo está supuesto a existir dentro del matrimonio, confirmamos que en el cielo no habrá bodas, matrimonios, ni sexo. Aunque estas cosas son buenas dádivas de Dios, son para el aquí y el ahora.
Ahora, ¿cómo describe la Biblia al cielo a pesar de la ausencia de esas buenas dádivas?
- “Me regocijaré por Jerusalén y me gozaré por mi pueblo; no se oirá más en ella voz de lloro ni voz de clamor” (Isaías 65:19);
- “El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado” (Apocalipsis 21:4);
- “Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre” (Salmos 16:11).
¿Cómo es esto posible? ¿Cómo puede ser el cielo el lugar más feliz a pesar de que allí no habrá algunas de las cosas que nos hacen más felices aquí y ahora? La respuesta es que nuestro gozo último no se encuentra en las bodas, el matrimonio y el sexo; nuestro gozo último se encuentra en Dios mismo. Las bodas, el matrimonio y el sexo no son más que sombras de algo más excelente; las bodas, el matrimonio y el sexo apuntan a la comunión que la iglesia tendrá con Dios en el cielo (véanse Ef. 5:31, 32; Ap. 19:7, 8). Dios es la razón por la cual el cielo será el lugar más feliz de la historia a pesar de la ausencia de bodas, matrimonios y sexo.