Hoy en día, muchos ven el matrimonio como si fuera «el demonio» y las relaciones sexuales como algo normal, y hasta se promueve, que se puede practicar con cualquier persona atractiva que te pase por delante. Esto es totalmente contrario a Dios y Él, no sólo como el Creador que tiene derecho a gobernar sobre Sus criaturas, sino también como Juez justo de todo el universo, no puede quedarse de brazos cruzados (indiferente) ante esta rebelión. Hebreos 13:4 dice: “Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios”.
Lo primero que nos dice el versículo es que «sea el matrimonio honroso en todos». Es decir, que el matrimonio sea tenido en alta estima, que no sea menospreciado. He aquí dos razones por las cuales el matrimonio debe ser honroso para todos nosotros:
- El matrimonio fue instituido por Dios mismo. En el principio, viendo Dios que no era bueno que el hombre estuviera solo, Él le hizo ayuda idónea. Y en Génesis 2:24 dice: “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.
- El matrimonio es una representación de Jesucristo y Su iglesia. En Efesios 5:24,25 dice: “Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella”; y en el versículo 32 el apóstol dijo: “Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia”.
Lo segundo que nos dice el versículo es que sea «el lecho matrimonial sin mancilla». “Lecho matrimonial” (una sola palabra en el griego) hace referencia a las relaciones sexuales y teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, que sea el matrimonio honroso en todos, estas relaciones sexuales deben ser dentro del matrimonio. Esto también es algo honroso ya que Dios mismo lo creó (Gn. 1:28) e invita a los esposos a participar de ello (Pr. 5:15-19). Estas relaciones sexuales deben ser sin mancha, sin contaminación –lo que nos lleva al siguiente punto.
Lo tercero que nos dice el versículo es que «a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios». “Inmorales” son todos aquellos que tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio, aquellos que tienen relaciones sexuales con personas del mismo sexo, etc. A esos, según nos dice este versículo, Dios juzgará. “Adúlteros” son aquellos que tienen relaciones sexuales con otra persona que no es su cónyuge. A esos, nos dice este versículo, Dios juzgará. Ahora, no quiero limitar la inmoralidad y el adulterio al acto físico, hay inmorales y adúlteros en sus corazones (Mt. 5:28). A esos también Dios juzgará. Los inmorales y los adúlteros hacen completamente lo opuesto a honrar el matrimonio y a no contaminar el lecho matrimonial; ellos deshonran el matrimonio y contaminan el lecho matrimonial. Es por esto que, como dice Efesios 5:6, viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. ¿Saldrán airosos en el juicio de Dios aquellos que han ido exactamente en contra de Su ley? No. La Palabra de Dios lo confirma cuando dice, en 1 Corintios 6:9, que ni los inmorales ni los adúlteros heredarán el reino de Dios. Más bien, ellos sufrirán la condenación eterna en el infierno (Jud. 7).
1ra parte; 2da parte