“Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con El, habiéndonos perdonado todos los delitos, habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz” (Colosenses 2:13,14).
En este pasaje bíblico se comienza describiendo nuestra pasada condición espiritual al decir: «estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra carne«. Esta descripción, a la vez, nos habla de nuestra incapacidad de cambiar [en nuestras propias fuerzas] esa condición; pues como un muerto no puede darse vida a sí mismo, así tampoco nosotros. Pero el Dios de gracia nos dio vida juntamente con Jesucristo; perdonando no sólo nuestros pecados pasados, no la mayoría de nuestros pecados, sino absolutamente todos nuestros pecados (o “delitos”, como se les llama en este pasaje).
En el versículo 14 se usa una metáfora, para describirnos el perdón total de Dios, al hablar del «documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros». Este documento de deuda se refiere a un escrito a mano, en el que un deudor reconocía todas las deudas que había contraído. Todos los hombres son transgresores de la ley de Dios (Ro. 3:10), han contraído una gran deuda para con el Juez justo de todo el universo y están bajo maldición: “Maldito el que no confirme las palabras de esta ley, poniéndolas por obra. Y todo el pueblo dirá: Amén” (Dt. 27:26; cf. Gl. 3:10). Detente por un momento, piensa en cada uno de tus pecados, míralos en ese documento de deuda… Orgullo, ira pecaminosa, mentira, codicia, fornicación, etc. De ese documento de deuda se dice que nos era adverso. Pero también, de este documento de deuda se dice que ha sido cancelado por Dios. ¿Cómo Dios, Juez justo, hizo esto? Respuesta: “lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz”. El documento de deuda fue cancelado no al ser obviado, sino al ser nuestra deuda pagada por Jesucristo en la cruz. Jesucristo, como Sustituto de todos aquellos que van a Él con arrepentimiento y fe, fue obediente hasta la muerte de cruz, se hizo maldición por nosotros (Gl. 3:13); para que nuestra salvación descanse sólo en Su perfecta obediencia, para que fuéramos redimidos de la maldición. Ahora todos nuestros pecados son perdonados, se nos ha dado vida juntamente con Él.
Los delitos por los cuales una persona era crucificada se clavaban en su cruz, por eso leemos en Mateo 27:37 que pusieron en la cruz de Jesucristo «la acusación contra El». Mientras Pilato ponía en la cruz de Jesucristo lo siguiente: “ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS JUDIOS”; Dios clavaba en la misma cruz nuestro documento de deuda para que Jesucristo lo pagara en nuestro lugar y así lo hizo. Recordemos Sus palabras (de Jesucristo) desde la cruz: “¡Consumado es!” –indican el cumplimiento de una tarea asignada, el pago total de una deuda.
Termino con las palabras del himno “¿Por qué temer y no creer?” (From whence this fear and unbelief?), escrito por Augustus Toplady:
¿Por qué temer y no creer?
¿No ha hecho el Padre padecer
Su inmaculado Hijo por mí?
¿Me condenará el justo Juez
de todo moral por la deuda que
Señor, fue cargada sobre ti?Completa expiación has hecho,
la deuda de tu pueblo
hasta lo último has pagado;
¿Cómo habrá ira sobre mí?
Si con tu sangre rociado fui
y en tu justicia abrigado.Mi libertad procuraste
y en mi lugar Tú sufriste
toda la ira divina,
doble pago Él no exigirá
–de las manos de mi Fiador,
y otra vez de las mías.¡Vuelve alma mía a descansar!
Tu sacerdote, Su perfecto obrar
tu libertad compró;
Confía en Su sangre eficaz,
ser desterrada no temas ya,
pues Cristo por ti murió.
Muy excelente muy verdadero de corazón con amor sabiduría amen