Un joven que le gusta cantar himnos [III]

La verdad no es lo único en la alabanza a Dios, pero es esencial. Una de las razones por la que la verdad es esencial, es porque ésta servirá como fundamento para esas emociones que Dios espera que estén presentes en la alabanza. Continuemos viendo algunos de los himnos antiguos que me han ayudado a alabar a Dios como Él quiere y merece ser alabado.

Oíd un son en alta esfera, por Charles Wesley. Este himno nos presenta el misterio de la encarnación; Jesús, siendo 100% Dios en esencia, se hizo 100% hombre para la gloria de Dios al salvar a pecadores (Jn. 1:1-18):

“El Señor de los señores, el Ungido celestial,
Por salvar a pecadores toma forma corporal.
¡Gloria al Verbo encarnado, en humanidad velado!
¡Gloria a nuestro Redentor, a Jesús, Rey y Señor!
Canta la celeste voz: ¡En los cielos gloria a Dios!”.

Compadécete de mí, por Richard Redhead. Este himno nos ilustra un corazón que se acerca a Dios en arrepentimiento para ser perdonado de sus pecados (Salmo 51):

“En pecado yo nací,
nada bueno hay en mí;
Sólo en ti hay salvación,
Tú das luz al corazón.
Ven entonces a mi ser
y hazlo Tú resplandecer”.

De lo profundo clamo a ti, por Martín Lutero. En la quinta estrofa de este himno se dice que el poder y la misericordia de Dios son más grandes que nuestra debilidad y pecado, y se nos asegura que algún día Dios erradicará total y definitivamente la presencia del pecado en nosotros (Salmo 130):

“Si muchas nuestras faltas son,
Mayor es su potencia;
Si graves nuestras culpas son,
Más grande es su clemencia.
Él, como buen Pastor y Rey,
Rescatará a su humilde grey
De todos sus pecados”.

Gracia admirable, por Julia H. Johnston. Este himno comienza haciendo eco a la maravillosa verdad bíblica de que aunque nuestros pecados sean muchos, la gracia de Dios siempre será muchísimo más (Ro. 5:20):

“¡Gracia admirable del Dios de amor
Que excede a todo nuestro pecar!
Cristo en la cruz por el pecador
Su vida ha dado. ¡Qué amor sin par!”.

Grande es tu fidelidad, por Thomas O. Chisholm. La primera estrofa de este himno nos anima a confiar en Dios hoy y siempre. La inmutabilidad de Dios (Él nunca cambia) nos asegura que Él seguirá siendo misericordioso, compasivo y bondadoso por los siglos de los siglos (Stg. 1:17):

“Oh, Dios eterno, tu misericordia
Ni una sombra de duda tendrá;
Tu compasión y bondad nunca fallan
Y por los siglos el mismo serás”.

Maravilloso es el gran amor, por Charles Wesley. Esta última estrofa del himno nos recuerda que, debido a la obra de Jesucristo a nuestro favor, tenemos acceso a la presencia de Dios y ya no hay que temer a la condenación (Heb. 4:14-16):

“Hoy ya no temo la condenación;
Jesús es mi Señor, y yo suyo soy.
Vivo en él que es mi salvación,
Vestido en su justicia voy.
Libre acceso al Padre gozo ya
y entrada al trono celestial”.

Reposa mi alma, por Katharina von Schlegel. A lo largo de todo el himno se habla, con las verdades bíblicas, a nuestra alma atribulada para que ésta repose en el Señor y Sus promesas de bien (Sal. 42:5):

“Reposa, mi alma, el día llegará,
En que estaremos con el Salvador,
Su majestad, su amor nos llenará,
Y ya no habrá tristeza ni dolor.
Reposa en El, que en aquel hogar,
Su paz eterna hemos de gozar”.

Segura mi esperanza está, por George P. Simmonds. Este himno nos enseña que no nuestra propia justicia, sino la justicia de Jesucristo, es nuestra única esperanza (¡nuestra seguridad de salvación!) en el día del juicio:

“Cuando ante Dios y el juicio esté,
confiado Cristo me hallará,
Pues, su justicia dándome,
sin mancha me presentará”.

Glorioso Cristo, por German Jesuits. Este himno concluye diciendo que Jesucristo es supremamente glorioso, por encima de todo lo creado (Col. 1:16):

“De tierra y cielo toda la hermosura
se muestra en Cristo, mi Señor;
Nadie merece cual Jesucristo
nuestra alabanza y nuestro amor”.

1ra parte; 2da parte; 3ra parte; 4ta parte

Publicado por

Misael Susaña

Misael Susaña nació en República Dominicana, fue salvado a la edad de trece años y actualmente es uno de los pastores de Iglesia Fundamento Bíblico. Es también maestro de Inglés. Estudió Teología Sistemática en la Academia de la Gracia (Reformed Baptist Seminary) y ha participado en varios diplomados. Desde el 2008, ha publicado regularmente artículos bíblicos en su blog (gustadaDios.com). Misael, teniendo en mente Salmos 34:8, prefiere describirse a sí mismo como un «Catador de la bondad de Dios y feliz promotor de ésta; para Su gloria y el beneficio [en Él] del creyente».

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