La ansiedad es un pecado porque Jesús nos manda no estar ansiosos en Mateo 6: “no se preocupen” (v. 25). Y en ese mismo pasaje Jesús nos da razones para no estar ansiosos. Por eso, Mateo 6 se ha convertido en uno de los pasajes clásicos en la lucha contra la ansiedad. Pero ciertamente no es el único. Toda la Biblia tiene pasajes que nos ayudan a luchar contra la ansiedad.
La ansiedad es un pecado que no muere fácilmente. Ayer pudiste haber estado ansioso, hoy puedes estar no-ansioso debido a la Palabra de Dios; pero mañana puedes volver a estar ansioso. ¿Y qué debemos hacer si eso pasa? Lo mismo que hicimos hoy: escuchar con fe lo que la Palabra de Dios tiene que decirnos.
No dejes que tu alma ansiosa hable sin control, más bien deja que la Palabra de Dios hable a tu alma ansiosa. Escucha lo que Romanos 8 tiene que decirle a tu ansiedad:
TU FUTURO ES BRILLANTE
“Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada” (Romanos 8:18).
Es cierto que en este tiempo presente tendremos sufrimientos (v. 18), la creación gime y sufre dolores (v. 22). Y todo eso debido a que, después de la entrada del pecado al mundo por Adán, la creación está sometida a vanidad (v. 20) y está esclavizada a corrupción (v. 21).
Los artefactos se dañan. Nuestros cuerpos se enferman. Las personas mueren. Los hijos se rebelan contra padres amorosos. Las relaciones románticas se rompen. Las amistades se acaban. Ocurren desastres naturales. El aire es contaminado. Hay tiroteos. Se promueven los anti-valores o la inmoralidad. Hay racismo. Hay gobiernos corruptos. En resumen, este mundo tal y como es ahora no funciona como Dios planeó que funcionara al principio.
Pero si tú eres cristiano debes saber que en el futuro te espera una gloria que ha de ser revelada. Y que esa gloria es mayor que todos los sufrimientos que pudieras experimentar en este mundo. Esa gloria incluye la redención o glorificación de tu cuerpo para que ya no sea más un cuerpo con achaques y pecados. Pero eso no es todo. Esa gloria incluye también la liberación de la creación para que sea un cielo nuevo y una tierra nueva. Esa gloria futura nos da esperanza en el presente.
Por lo tanto, cuando seas tentado a sentirte ansioso por tu futuro, no olvides la gloria que ha de ser revelada y sabe que tu futuro es brillante.
TODO ES PARA TU BIEN
“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito” (Romanos 8:28).
¿Eres tú uno de los llamados por Dios? “¿Y cómo puedo yo saber eso?” –alguien podría preguntarme–. ¿Amas tú a Dios? Si tu respuesta es positiva, entonces puedes estar seguro de que eres uno de los llamados por Dios –la última pregunta evidencia la primera–.
Y como alguien que ama a Dios, debes saber que todas las cosas que te pasan no son gobernadas por el azar o la suerte. Todas las cosas que te pasan están gobernadas por Dios. Y Él es quien hace que todas las cosas cooperen para tu bien.
Es importante que entiendas que la palabra griega para “todas” las cosas significa todas las cosas: tanto las cosas buenas que te pasan como las cosas malas que te pasan. Dios hace que todo –pasado, presente y futuro– coopere para tu bien.
Y es particularmente en esos momentos en los cuales nos pasan cosas malas que nos preguntamos: “¿¡Cómo algo bueno puede salir de todo esto!?”. Entonces nos ponemos ansiosos. Pero la promesa no es que si sabemos cómo algo bueno puede salir de algo malo, entonces cooperará para bien. Todo coopera para bien independientemente de si entendemos el cómo o no. Dios se encargará de sacar algo bueno de algo malo, el deber nuestro es confiar.
DIOS PROVEERÁ
“El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con Él todas las cosas?” (Romanos 8:32).
Este versículo comienza diciendo que Dios no negó a Su propio Hijo, a pesar de que Su Hijo Jesús ha sido amado por Dios Padre desde antes de la fundación del mundo (Jn. 17:24) y en Él (Jesús) Dios (Padre) se complace (Mat. 3:17). Pero en vez de Dios guardar Su tesoro más grande, Él lo entregó para que muriera en lugar de pecadores.
Y la pregunta con la que el apóstol Pablo (inspirado por Dios) concluye el versículo podría parafrasearse de la siguiente manera: ¿crees que Dios no te dará todas las demás cosas después de darte lo más grande que fue Su Hijo? Pero no sólo se promete que Dios va a darnos, sino que va a darnos “generosamente” (NVI). ¿Por qué? Porque si Dios no fue “tacaño” en darnos lo más grande, ¿crees que lo será en darnos lo más pequeño?
En este versículo hay un argumento, como dice John Piper, de lo mayor a lo menor. “Si se ha ejercido la fuerza o la voluntad para lograr algo difícil, sin duda esa fuerza o voluntad logrará algo más fácil… Entonces Pablo dice: “Dios no negó a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros [eso es lo más difícil]. Dios ciertamente nos dará también junto con Él todas las cosas [eso es lo más fácil]”.
Así que, cuanto seas tentado a sentirte ansioso porque tal vez te falte algo que realmente necesitas, recuerda que si Dios ya ha suplido tu mayor necesidad en Jesucristo –tu necesidad de salvación–, ciertamente suplirá toda otra necesidad inferior que tengas.
ERES MÁS QUE VENCEDOR
“Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó” (Romanos 8:37).
El contexto describe qué es lo que significa “todas estas cosas” en el versículo. Todas estas cosas son: tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada (v. 35). También: la muerte, la vida, ángeles, principados, lo presente, lo por venir, los poderes, lo alto, lo profundo (v. 39).
Los cristianos no deberían sorprenderse cuando pasen por aflicciones en este mundo. Pues como dice el Salmo (44:22) que Pablo cita en este pasaje: “POR CAUSA TUYA SOMOS PUESTOS A MUERTE TODO EL DÍA; SOMOS CONSIDERADOS COMO OVEJAS PARA EL MATADERO”. Y todas las cosas anteriormente mencionadas atentan contra el cristiano, tratan de separar al cristiano de Cristo.
Pero Dios dice que en Cristo somos más que vencedores. Y la palabra “vencedores” hace referencia a alguien que persevera y obtiene el triunfo final. En y por Cristo, podemos pasar por todas esas cosas y no ser vencidos por ellas, sino vencerlas. En la angustia podemos recordarnos que Dios nos ama, en el peligro podemos saber que Dios cuida de nosotros y aun en la muerte podemos estar seguros de que ésta no puede separarnos de Su amor.
Cuando seas asaltado por los “¿y si… pasa?”. Repite con Matthew Henry lo siguiente: “Los problemas no causan ni muestran ninguna disminución de su amor. No importa de qué sean separados los creyentes, queda suficiente. Nadie puede quitar a Cristo del creyente; nadie puede quitar al creyente de Cristo, y eso basta”.
Gracias Dios. Misael, Justo lo que necesitaba recordar. 👍🏻👍🏻
Hazael, me alegro de que esté artículo haya sido de bendición para ti. ¡Gracia y paz para ti!