Hombres hablando

Jesús: ¿Cómo iniciar conversaciones sobre el evangelio?

La Biblia nos dice que Jesús recorría todas las ciudades y aldeas “proclamando el evangelio del reino” (Mat. 9:35). Y cuando leemos los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento nos damos cuenta de que Jesús era muy creativo al momento de evangelizar. Jesús no evangelizaba a todas las personas con un “Dios te ama y quiere salvarte”.

Cuando digo que “Jesús era muy creativo al momento de evangelizar” no me refiero a que Jesús tenía diferentes evangelios para diferentes personas. No, Jesús predicaba solamente un evangelio: que en Él (por Su obra) hay salvación para todo pecador que se arrepiente sinceramente de sus pecados y pone toda su confianza en Él como Salvador y Señor. Pero Jesús iniciaba conversaciones sobre el evangelio (o llevaba al evangelio las conversaciones que otros habían iniciado) de distintas formas, dependiendo de Su audiencia o de la circunstancia en la que se encontraban. Veamos algunos ejemplos:

JUAN 3

Un hombre de los fariseos y prominente entre los judíos llamado Nicodemo vino a Jesús de noche diciéndole que él estaba convencido de que Jesús había venido de Dios como maestro. Jesús entonces le enseña sobre la necesidad de nacer de nuevo por el Espíritu para así poder entrar en el reino de Dios.

Inmediatamente después, Jesús le dijo: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquel que cree, tenga en Él vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna” (vv. 14-16).

JUAN 4

Jesús pasó por Samaria y, mientras pasaba, se sentó junto al pozo de Jacob para descansar. Él le pidió agua a una mujer Samaritana que fue a sacar agua y así comenzó todo. Ante la sorpresa que esta mujer exteriorizó de que un judío le pidiera agua, Jesús le dijo que si ella conociera el don de Dios, ella sería la que pidiera agua y agua viva le sería dada.

Jesús dijo: “Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que Yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna»… Jesús le dijo: «Yo soy [el Mesías], el que habla contigo»” (vv. 16, 14, 26).

Nótese que en esta ocasión Jesús no dijo que Él era como la serpiente que Moisés levantó en el desierto, sino que Él era Aquel que podía darle algo mejor que el agua que ella fue a sacar del pozo.

JUAN 6

Al día siguiente de que Jesús alimentara milagrosamente a más de cinco mil personas, fueron a Capernaúm buscando a Jesús hasta encontrarlo. Jesús les dijo que ellos lo buscaban no porque hubieran entendido lo que el milagro decía de Jesús –que Él es el Hijo de Dios–, sino porque ellos querían que Jesús continuara llenando sus estómagos. Jesús, entonces, los exhorta a trabajar por “el alimento que permanece para vida eterna”.

¿Cómo ellos debían trabajar? Jesús respondió: “Esta es la obra de Dios: que crean en el que Él ha enviado” (v. 29). ¿Cuál era el alimento del que Jesús hablaba? Jesús también lo explicó con las siguientes palabras: “Jesús les dijo: «Yo soy el pan de la vida; el que viene a Mí no tendrá hambre, y el que cree en Mí nunca tendrá sed… Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que Yo también daré por la vida del mundo es Mi carne” (vv. 35, 51).

La multitud fue a Jesús buscando más pan y Jesús les dijo que Él era el pan de la vida que descendió del cielo para darles vida eterna.

JUAN 11

Lázaro, hermano de María y Marta, estaba gravemente enfermo; por lo que le informaron a Jesús para que fuera a sanarlo. A pesar de que Jesús amaba a Lázaro, Él se quedó un par de días más en el lugar donde estaba. Lázaro murió. Pero todo estaba dentro del plan de Dios: Jesús mostró que Él no solamente puede sanar a los enfermos, sino que también puede levantar a los muertos.

En medio de estar circunstancia, ¿cómo Jesús predicaría el evangelio? ¿Diría que Él es Aquel que puede dar agua viva? ¿Se presentaría a sí mismo como el pan del cielo? Leámoslo en Sus propias palabras: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en Mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?” (vv. 25, 26).

OPORTUNIDADES DIARIAS

Jesús es digno de imitar no sólo en el hecho de que Él predicaba el evangelio a todos los que se encontraba en Su camino; también su forma creativa de iniciar conversaciones sobre el evangelio es digna de imitar.

Cada persona con la que nos encontramos y cada circunstancia en la que estamos es una nueva oportunidad para predicar el evangelio. Pidamos a Dios que nos de la sabiduría que necesitamos para aprovechar esas oportunidades y estemos atentos a las oportunidades que sin duda se presentarán en esta semana.


Si todavía no los has leído, te invito a leer estos dos artículos sobre el tema: 4 formas creativas de iniciar una conversación sobre el evangelio y Más formas creativas de iniciar una conversación sobre el evangelio.

Publicado por

Misael Susaña

Misael Susaña nació en República Dominicana, fue salvado a la edad de trece años y actualmente es uno de los pastores de Iglesia Fundamento Bíblico. Es también maestro de Inglés. Estudió Teología Sistemática en la Academia de la Gracia (Reformed Baptist Seminary) y ha participado en varios diplomados. Desde el 2008, ha publicado regularmente artículos bíblicos en su blog (gustadaDios.com). Misael, teniendo en mente Salmos 34:8, prefiere describirse a sí mismo como un «Catador de la bondad de Dios y feliz promotor de ésta; para Su gloria y el beneficio [en Él] del creyente».

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