Alguien dijo que ningún erudito serio se ha atrevido a postular la no-historicidad de Jesús. Y que Jesús fue un personaje histórico es confirmado no tan solo por los 27 libros del Nuevo Testamento, sino también por Cornelio Tácito (historiador romano), Flavio Josefo (historiador judío), etc. La Enciclopedia Británica misma habla de Jesús como un personaje histórico a diferencia de, por ejemplo, Sherlock Holmes (personaje ficticio).
Jesús lucía como un hombre de carne y hueso porque Él fue un hombre de carne y hueso. Sin embargo, el fue más que tan solo un hombre. Flavio Josefo se preguntó si era lícito llamarlo un hombre, pues Él hacía maravillas. A diferencia de los fundadores de otras religiones, Jesús afirmó ser Dios mismo (Juan 5:17, 18; 8:58); Sus discípulos confirmaron que Él es Dios (Tito 2:13; 2 Pedro 1:1); e incluso Sus enemigos lo dijeron (Marcos 1:24).
La vida de Jesús estuvo marcada no tan solo por la ausencia de pecado (Lucas 23:4, 47, 41), sino que también estuvo marcada por la presencia de muchas señales milagrosas. Entre ellas:
- convertir el agua en vino (Juan 2:1-12);
- sanar muchos enfermos (Juan 4:46-54; 5:1-17; 9:1-41);
- resucitar a los muertos (Juan 11:17-45);
- alimentar a más de 5,000 personas (Juan 6:1-14);
- caminar sobre el agua y calmar la tormenta (Juan 6:15-21).
La principal señal milagrosa de Jesucristo fue Su resurrección de entre los muertos: Jesús murió colgado en una cruz. Y Su muerte fue confirmada por la multitud que lo presenciaba, por los soldados romanos profesionales y por Sus discípulos. Jesús fue sepultado, pero después de 3 días resucitó. Muchas teorías se han formulado en contra de la resurrección de Jesús, pero hay algo que está más allá de toda discusión: la tumba de Jesús está vacía –a diferencia de la tumba de los fundadores de otras religiones.
CONCLUSIÓN
Todo esto nos lleva la conclusión de que debido a que el fundador del cristianismo –Jesús– es más que tan solo un hombre, el cristianismo es más que una mera religión.