“En El también hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad, a fin de que nosotros, que fuimos los primeros en esperar en Cristo, seamos para alabanza de su gloria” (Efesios 1:11, 12).
Aunque en la mayoría de las traducciones populares de la Biblia se dice algo como: “hemos obtenido herencia”; en griego se lee literalmente: “fuimos hechos una herencia”. Lo cual nos coloca a nosotros no como los que poseen una herencia, sino como aquellos que son una herencia en ellos mismos. Jamieson, Faussett y Brown dicen que «Efesios 1:12, en donde dice “a fin de que SEAMOS para… Su gloria” (no para que tengamos) favorece la traducción… «fuimos hechos una herencia»».
Tal vez te encuentres eso extraño, pero eso no es extraño en la Biblia; la cual presenta al pueblo de Dios como la herencia de Dios. En el versículo 14 del mismo capítulo se describe que la posesión adquirida por Dios (es decir, la iglesia de Cristo) tiene una herencia. Y he aquí otros pasajes bíblicos:
- Deuteronomio 4:20: “Pero a vosotros el Señor os ha tomado y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que fuerais pueblo de su heredad como lo sois ahora”;
- Deuteronomio 9:29: “Sin embargo, ellos son tu pueblo, tu heredad, a quien tú has sacado con tu gran poder y tu brazo extendido” (véase también v. 26);
- Deuteronomio 32:9: “Pues la porción del Señor es su pueblo; Jacob es la parte de su heredad”;
- 1 Pedro 2:9: “Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
¡Dios te ha hecho Su herencia! Cristiano, tú eres especial a los ojos de Dios; Dios te considera Su tesoro. Pero no te confundas: aquí no eres tú quien beneficias a Dios, Él te beneficia a ti (con Su instrucción, con Su corrección, con Su cuidado, con Su provisión, etc). Al mismo tiempo, aquí la gloria no es tuya, sino de Dios: “para alabanza de su gloria” (v. 12). Dios no te escogió por ser especial, el hecho de que Dios te haya escogido es lo que te hace especial.
En Tito 2:14 leemos lo siguiente: “[Cristo] se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad y purificar para si un pueblo para posesión suya, celoso de buenas obras”. ¡Anuncia con tus labios cuán bueno es tu Dios! ¡Escucha Su voz y obedece diligentemente Sus mandamientos! Todo eso no para llegar a ser una herencia para Dios, sino porque es la manera apropiada de proceder de todos aquellos que ya han sido hechos una herencia de Dios gracias a Jesucristo. ¡Vive todos los días de tu vida consciente de que eres de Dios!
¿Quién eres tú? Eres Herencia.
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