Miqueas de Moreset, movido por Dios, profetizó contra la rebelión y el pecado de Samaria y Jerusalén. El juicio de Dios hacia ellos vendría a través de Babilonia y Asiria. Algunos de los pecados que se mencionan en el libro son:
- idolatría (“Todos sus ídolos serán destrozados, y todas sus ganancias serán quemadas por el fuego. Destruiré todas sus imágenes”, 1:7);
- saqueo de propiedades (“Codician campos y se apoderan de ellos, codician casas y las toman. Roban al dueño y a su casa, al hombre y a su heredad”, 2:2, 9);
- injusticia por parte de los jefes del pueblo (“Oigan ahora, jefes de Jacob y gobernantes de la casa de Israel. ¿No corresponde a ustedes conocer la justicia?
Ustedes que aborrecen lo bueno y aman lo malo, que le arrancan al pueblo la piel de encima y la carne de sobre sus huesos;ustedes que comen la carne de mi pueblo, les quitan su piel, quiebran sus huesos, y los hacen pedazos como para la olla, como carne dentro de la caldera”, 3:1-3; 9-10); - sacrificios sin verdadero arrepentimiento (“¿Se agrada el Señor de millares de carneros, de miríadas de ríos de aceite? ¿Ofreceré mi primogénito por mi rebeldía, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?”, 6:6-7);
- engaño en los negocios (“¿Hay todavía alguien en casa del impío
con tesoros de impiedad y medida escasa que es maldita? ¿Puedo justificar balanzas falsas y bolsa de pesas engañosas?”, 6:10-12).
Y en el último capítulo el profeta se lamenta tanto por el pecado de ellos como por el juicio que Dios trae. El reconoce que el juicio de Dios es justo. Pero también tiene esperanza de que Dios mostrará su favor hacia ellos:
Sigue leyendo ¿Qué hace al Dios de la Biblia único?“¿Qué Dios hay como Tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la rebeldía del remanente de su heredad? No persistirá en Su ira para siempre, porque se complace en la misericordia. Volverá a compadecerse de nosotros, eliminará nuestras iniquidades. Sí, arrojarás a las profundidades del mar todos nuestros pecados” (Miqueas 7:18, 19).