¿Qué es la mundanalidad?

Los cristianos suelen hablar de la mundanalidad como algo negativo —¡y lo es!—. El apóstol Juan, inspirado por Dios, nos enseña que los hijos de Dios no deben amar al mundo (1 Juan 2:15), sino vencerlo mediante la fe (1 Juan 5:4). Pero esto nos lleva a una pregunta fundamental: ¿qué significa “mundo” en este contexto?

“Mundo” es la traducción de la palabra griega “kósmos” que significa literalmente sistema ordenado:

LO QUE NO SIGNIFICA

Puede referirse a la creación de Dios. Pero aquí Juan no se refiere a la creación de Dios, como si los hijos de Dios no fueran a la playa. Matthew Henry estaba en lo correcto cuando dijo: “El mundo físico es bueno y debe ser admirado como la obra de Dios y como un espejo en el cual Sus perfecciones brillan”.

La palabra también puede referirse a la gente que habita en este planeta. Pero aquí Juan tampoco se refiere a las personas, como si los hijos de Dios vivieran aislados de los inconversos. Pablo dijo que, si no queremos la compañía de inconversos, tenemos que salir de este mundo (1 Co. 5:10).

LO QUE SÍ SIGNIFICA

Con “mundo”, Juan quiere significar el sistema organizado de maldad con sus principios y prácticas, bajo la autoridad de Satanás, que incluye sus enseñanzas, ideas, valores, actitudes, actividades que son contrarias a Dios y atraen a las personas para que se alejen de El.

El mundo te hace ver como normal las enseñanzas que no vienen de Dios y como extrañas las enseñanzas de la Biblia. El mundo te hace ver el pecado como atractivo y la santidad como fea. El mundo está enseñando que la homosexualidad es amor y que el aborto es progreso. El mundo ha hecho que muchos no vean ningún problema con el sexo fuera del matrimonio. Es el mundo que promueve modas provocativas y no modestas.

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¿Por qué no veré el final de La Casa de Papel?

La Casa de Papel es una serie de televisión española creada por Álex Pina y producida actualmente por Netflix. Esta serie trata acerca de una banda de ocho ladrones, reclutados y guiados por un hombre muy inteligente conocido como “El Profesor” para llevar a cabo el mayor atraco en la historia de España: robar 2.400 millones de euros de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Después de llevar a cabo el atraco y de que un integrante de la banda es arrestado, la banda vuelve a reunirse para liberar a su compañero y robar todo el oro del Banco de España.

La Casa de Papel, si no es la primera, es una de las series de habla no inglesa más vistas en Netflix y es la primera serie española en ganar un premio Emmy Internacional. El día de mañana (viernes 3 de septiembre) Netflix estrenará la quinta parte de esta serie. Sin embargo, yo no seré uno de los millones de personas que verán el final de esta serie en sus dos volúmenes.

EL MOMENTO DE CONVICCIÓN

El drama, el tratar de descubrir cómo los personajes saldrían del lío en el que se metieron y la conclusión casi perfecta del plan del Profesor fueron las cosas que más me llamaron la atención de la serie. Pero no fue hasta una escena de la parte 4 de la serie, cuando tuve –lo que yo llamaría– “el momento de convicción”.

La escena a la que me refiero mostró a una multitud de personas vestidas de monos rojos y con máscaras de Dalí, reunidas alrededor del Banco de España, celebrando a gritos un aparente triunfo de la banda del Profesor. Inmediatamente pensé: “¿Qué están haciendo esas personas? ¡Se están identificando con un grupo de ladrones! ¿Y qué están celebrando? ¡Que los ladrones se están saliendo con la suya!”.

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