«La presencia y bendición de Jesús es lo que hace del cielo un paraíso. Su ausencia y maldición es lo que hace del infierno un tormento eterno» (Misael Susaña).
«Jesús no es el premio de consolación con el que te conformas cuando no consigues lo que quieres. Él es el premio que abrazas como más grande que todas las demás bendiciones» (Misael Susaña).