Como un joven teólogo, si me permiten describirme en esos términos, he recibido consejos –tanto directa como indirectamente– que aprecio mucho y trato de recordarlos antes de actuar. He enumerado algunos de estos consejos, con la esperanza de que sean útiles a otros jóvenes teólogos principalmente, pero también para todo tipo de cristianos –que también son teólogos en cierto grado.
El primero viene directamente de la Palabra de Dios –¡honra a tus pastores!–: “Pero os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que con diligencia trabajan entre vosotros, y os dirigen en el Señor y os instruyen, y que los tengáis en muy alta estima con amor, por causa de su trabajo. Vivid en paz los unos con los otros” (1 Tesalonicenses 5:12, 13).
John MacArthur, en la conferencia El Poder de Su Palabra, dijo lo siguiente: “Una de las cosas que vemos en la actualidad es que los jóvenes vienen y tratan de rediseñar, inventar nuevamente a la iglesia, cuando lo único que necesitan hacer es seguir a los hombres fieles que vinieron antes que ellos… Rompe mi corazón ver a un joven que piensa que necesita hacerlo de una manera que nadie jamás lo ha hecho, en lugar de ser fiel (1 Co. 4:2)” (Predicad la Palabra).
Un pastor llamado Andrew Davis dijo, a partir de 2 Timoteo 1:13, algo parecido a lo anterior: “Esta palabra [“norma”] implica que el Señor no desea innovación doctrinal de la próxima generación de discípulos, sino conformidad al estándar apostólico de doctrina” (How to Mentor Young Disciples When They Differ Theologically). Continuar leyendo Consejos a un joven teólogo.