Huye de la masturbación y sigue a Jesús [II]

En Mateo 5:27 leemos lo siguiente: “Habéis oído que se dijo: NO COMETERÁS ADULTERIO”. En la época de Jesús, muchos maestros de las Escrituras enseñaban que el adulterio, prohibido por Dios, consistía solamente en acostarse y tener relaciones sexuales con una persona que no era su cónyuge. Ellos limitaban este mandamiento a un acto externo. Pero cuando Dios mandó: “No cometerás adulterio” (Ex. 20:14); Él no tenía en mente sólo el acto externo. Por eso Jesús corrigió la interpretación, de los maestros de las Escrituras, con las siguientes palabras: “Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mt. 5:28). Adulterio, según Dios, no es solamente llevar a la cama a una persona que no es tu cónyuge, sino también mirarla y codiciarla; es mirarla con lujuria, es tener relaciones sexuales en tu mente con alguien que no es tu cónyuge. Leamos algunos pasajes bíblicos que hablan acerca de todo tipo de inmoralidad sexual como pecados que debemos evitar:

  • Andemos decentemente, como de día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual y lujurias, no en pleitos y envidias” (Ro. 13:13);
  • Pero que la inmoralidad, y toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre vosotros, como corresponde a los santos… Porque con certeza sabéis esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios” (Ef. 5:3,5);
  • Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas” (Col. 3:5,6);
  • Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual” (1 Ts. 4:3);
  • Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios” (Heb. 13:4).

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Huye de la masturbación y sigue a Jesús.

Antes de desarrollar este tema, quisiera dejar claro lo que quiero significar con “masturbación” y también mostrar por qué es importante considerar este tema bíblicamente. ¿Qué quiero significar con “masturbación”? La estimulación o excitación de los órganos genitales, para obtener placer sexual, mientras miras y codicias a una persona que no te pertenece (i.e. No es tu cónyuge). Eso es lo que quiero significar, no otra cosa. A eso me referiré en el desarrollo del tema, no a otra cosa.

Alguien dijo que el 99% de los hombres se han masturbado y el 1% restante miente al decir que no lo han hecho. En Porn-Again Christian, Mark Driscoll registró lo siguiente –según el Janus Report on Sexual Behavior and Sex in America:

  • Hombres solteros que admiten masturbarse una vez por semana: 48%
  • Hombres casados que admiten masturbarse una vez por semana: 44%
  • Hombres divorciados que admiten masturbarse una vez por semana: 68%

Sin embargo, esto no es algo “sólo de hombres”. Una estadística que se hizo entre personas de 30-39 años de edad indicó que el 93% de los hombres se habían masturbado y el 80% de mujeres se habían masturbado.

Teniendo en cuenta todo esto, concluimos que éste no es un asunto al cual podemos ser indiferentes. La pregunta ahora es: ¿Qué dice la Palabra de Dios con respecto a este asunto? Aunque en la Biblia no se encuentra el término “masturbación” –así como no se encuentra exactamente el término “pornografía”, la Biblia sí tiene qué decirnos acerca de la «excitación de los órganos genitales, para obtener placer sexual, mientras miras y codicias a una persona que no es tu cónyuge».

1ra parte; 2da parte; 3ra parte; 4ta parte

Dios se involucra en un juego de béisbol.

Mientras cursaba el bachiller, un grupo de amigos y yo estábamos sentados en el campo deportivo del centro educativo, y mirábamos un juego de béisbol. Nuestro equipo estaba perdiendo y se acercaba el último «Inning», entonces uno de mis amigos dijo –en forma de broma: “¡Vamos a orar para que Dios haga un milagro y nuestro equipo gane!”. Otro de mis amigos le respondió: “Dios no se involucra en los juegos de béisbol”; queriendo decir con esto que el juego de béisbol es algo muy insignificante para el Dios altísimo como para que Él actúe allí.

«¿Es esto cierto?», pregunto hoy, «¿Dios no se involucra en un juego de béisbol?». Pienso que Dios sí se involucra en un juego de béisbol. Ciertamente no como un jugador, pero sí está allí como el Soberano y Sustentador del universo. Por lo tanto, cada vez que un jugador de béisbol golpea la bola con su bate o hace un «strike», cada vez que un jugador de béisbol hace un «foul», cada vez que un jugador de béisbol da un «hit» o un «home run»; es porque Dios lo ha establecido así.

El control y sustento de Dios no se limita a cosas grandes (como mantener todos los astros celestes), sino que Su control y Su sustento también abarcan cosas pequeñas (como el vuelo o caída de un pájaro). Veamos algunos textos bíblicos que apoyan lo que estoy diciendo:

«¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo vuestro Padre» (Mt. 10:29).

«Porque en El vivimos, nos movemos y existimos, así como algunos de vuestros mismos poetas han dicho: «Porque también nosotros somos linaje suyo» (Hch. 17:28).

«Y El es antes de todas las cosas, y en El todas las cosas permanecen» (Col. 1:17).

«En estos últimos días nos ha hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo. El es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas» (Heb. 1:2,3).

Como dije, cada centímetro cuadrado del universo es controlado y sustentado por Dios. Sin Él nada existiría. Ni las alturas de los cielos, ni las profundidades de la tierra, ni siquiera el mar por más ancho y hondo que sea puede escapar del Su control.

¡Bendito sea nuestro Señor, quien sustenta y controla todo el universo! Nada escapó, nada escapa y nada escapará de Su control –ni siquiera un juego de béisbol.

Harris sobre «El sexo ilícito».

Sólo cuando hemos sido cautivados por la excelente calidad del plan de Dios, es que podemos evitar convertirnos en prisioneros de inmoralidad. O podemos ser cautivados por la justicia o cautivados por el pecado. “Prenderán al impío sus propias iniquidades, y retenido será con las cuerdas de su pecado” (Proverbios 5:22). El hombre y la mujer que abren su corazón al placer inmediato del sexo fuera del matrimonio, podrían pensar que están experimentando libertad, pero en lo opuesto, los tentáculos del pecado los rodean, los enredan y los arrastran hacia la muerte.

¿Cuál camino escogeremos? Dios nos estimula a que escojamos la vida y el placer verdadero:

Hijo mío, bebe de tu propio pozo; sé fiel y sincero con tu propia esposa. ¿Por qué engendrar hijos con mujeres de la calle? ¿Por qué compartir tus bienes con los que no son de tu casa?… ¿Por qué habrás de gozarte con rameras, abrazando lo que no te pertenece?

Proverbios 5:15-17,20

La Escritura no niega los placeres del sexo ilícito; sí, por supuesto que lo vas a disfrutar; sí, puede ser muy excitante. Pero su placer es vacío, en comparación con los deleites del amor matrimonial, y necio a la luz de las horrendas consecuencias que han de visitar el alma, el cuerpo y las emociones. “Dentro del matrimonio, el sexo es hermoso, lleno de satisfacción y creativo”, escribe John MacArthur. “Fuera del matrimonio es feo, destructivo y abominable”.

¿Cuál es la recompensa del pecado sexual? “Perderás tu honor, y entregarás en manos de gente despiadada todo lo que has logrado en la vida. Gente extraña se apoderará de tus riquezas, y algún otro se deleitará en el fruto de tu labor. Al final gemirás a causa de la angustia cuando la enfermedad consuma tu cuerpo” (traducción libre Proverbios 5:9-11). Continuar leyendo Harris sobre «El sexo ilícito».