El secreto para sonreír al futuro.

La última sección de Proverbios 31 es un pasaje de la Biblia muy conocido. La traducción de la Biblia Reina Valera 1960 titula esta última sección (Proverbios 31:10-31) como Un elogio a la mujer virtuosa. Esa es la clase de mujer que los hombres cristianos quieren tener como esposa y la clase de mujer en la cual muchas madres se convierten para sus hijos en el día de las madres. La vida de esta mujer es ejemplar, diga de imitar.

Un día, mientras leía la descripción que el pasaje da acerca de esta mujer, me topé con una línea que me llamó mucho la atención. Esa línea es la última parte del versículo 25, que dice: “y sonríe al futuro”. Me llamó mucho la atención esa línea porque allí tenemos a una mujer que cuando piensa en el futuro se sonríe; mientras que yo, cuando miraba al futuro, me ponía ansioso. Y sé que yo no soy el único, cuando muchos piensan en el futuro se llenan de temor, tienen insomnio, lloran, les da pánico.

Y como Tessa Thompson aclara: “esta sonrisa no era una sonrisa llena de duda, como la sonrisa de incredulidad de Sara”. Más bien, era una sonrisa que comunicaba que ella no tenía temor del futuro porque ella sabía que todo iba a estar bien. ¿Por qué esta mujer sonreía al futuro?

SU TEMOR DE DIOS

En primer lugar, porque esta mujer temía a Dios. El versículo 30 dice: “Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada”. Oswald Chambers dijo acertadamente: “cuando temes a Dios, no temes a nada más. Mientras que cuando no temes a Dios, temes a todo lo demás”. Sigue leyendo El secreto para sonreír al futuro.

Una expresión importante.

Predicador: Pastor Huascar De Salas.
Pasaje bíblico: 1 Samuel 7:12.

Varias frases se han dicho en medio de guerras, en medio de circunstancias difíciles, en medio de hechos importantes, en la historia de la humanidad. Así mismo, pero con mayor importancia, la Biblia contiene frases para nosotros (Romanos 15:4). Hoy vamos a considerar una frase que se encuentra en 1 Samuel 7:12 y que es una expresión importante para nosotros –aun en el día de hoy–: “Entonces Samuel tomó una piedra y la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ha ayudado el SEÑOR”.

SU CONTEXTO

Esta expresión se pronunció en el contexto de:

  • Humillación y arrepentimiento, del pueblo para con Dios, debido al pecado de idolatría (vv. 3, 4). Hoy es un buen momento para examinarnos a nosotros mismos y actuar en consecuencia –arrepentirnos de nuestros pecados–.
  • Oración, ya que Samuel clamó a Dios para que el pueblo fuera librado de sus enemigos (vv. 7-9). ¿Cuáles son los enemigos que enfrentas hoy? ¿Cuáles son tus filisteos (¿Vejez? ¿Enfermedades? ¿Incomprensiones y problemas?)?
  • El holocausto ofrecido por Samuel a Dios (v. 9), sacrificio que fue una sombra de Jesucristo. Es por Jesucristo, por Su sangre derramada, que podemos acercarnos a Dios, clamar a Él y ser respondidos.
  • La victoria que Dios concedió a Su pueblo (vv. 10, 11), a pesar de la gran dificultad que representaban los filisteos.

Entonces Samuel levanta un monumento, dice la frase, pronuncia la siguiente expresión: “Hasta aquí nos ha ayudado el SEÑOR”.

SU SIGNIFICADO

“Hasta aquí nos ha ayudado el SEÑOR” es, en primer lugar, una expresión de gratitud por lo que había pasado. “Hasta aquí” indica que hasta ese momento Dios había estado con su pueblo. Él no los había abandonado ni desamparado. Él prometió ser el Dios de ellos y se comprometió en ayudarles –y así lo hizo–. Charles Spurgeon dijo:

“El año toca a su fin y los años de mi vida van disminuyendo, más el tiempo no cambia a mi Señor. Nuevos inventos sustituyen o mejoran a los antiguos: Dios es el mismo. La fuerza puede trastornar los montes, mas no existe poder alguno capaz de afectar al Dios eterno. Ni lo pasado, ni lo presente, ni lo futuro puede hacer que cambie la benevolencia de Dios para conmigo”.

Esta expresión es, en segundo lugar, de confianza y esperanza futura. El que dice “hasta aquí” todavía no ha terminado. El que hasta aquí ha guardado a Su pueblo seguirá ayudándolo hasta el final. Dios lo ha prometido y no va a cambiar. Aun cuando Su pueblo se siente abandonado, Dios no los abandonado. Aunque aumenten los impuestos, aunque la salud empeore, Dios no nos abandonará. ¡Alabémosle y adorémosle por eso!

Estas anotaciones fueron tomadas del sermón, predicado por el pastor Huascar De Salas, titulado Una expresión importante. Usado con permiso.

La bondad de Dios; no dudes de ésta.

Una de las estrategias malignas que Satanás ha usado desde el principio, y que continúa usando, es hacernos dudar de nuestro bondadoso Dios. Pero, no hay razón por la cual dudar de nuestro bondadoso Dios: Su bondad se manifiesta en el sustento de toda Su creación (Sal. 145:9); Su bondad se manifiesta en Su obrar para nuestro bien –aun en nuestras lágrimas y dolores (Ro. 8:28); Su bondad se manifiesta al darnos a Su Hijo y junto con Él todas las cosas (Ro. 8:32). Según Romanos 5:7,8 no hay amor más grande que éste: Jesucristo (lo más preciado) muriendo por pecadores (completamente inmerecedores de Su favor); y Romanos 8:35-39 nos dice que nada nos separará de tan grande amor. Estemos confiados en Él.

En Lamentaciones 3, leemos como el profeta en medio de sus lamentos reconoce la bondad de Dios en el pasado, el presente y el futuro. Si miras atrás, te darás cuenta de que como dijo el profeta: “Que las misericordias del SEÑOR jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades” (v. 22). Tu bondadoso Dios te creó y sustentó. Él te proveyó salud física cuando estabas enfermo, te proveyó salvación cuando estabas muerto en tus pecados. Mientras dormías, Su todopoderoso brazo te rodeó y te cuidó. Él ha cumplido las promesas que hizo. Si miras al presente, te darás cuenta que como dijo el profeta: “[Sus] misericordias son nuevas cada mañana; ¡grande es [Su] fidelidad!” (v. 23). Di a Dios: “Grande es tu fidelidad”. El sustento físico, el sustento espiritual, Su mano que te sostiene, la dispensación de Su perdón y el cumplimiento de Sus promesas no fueron bondades manifestadas solamente en el pasado; sino que Él aún sigue manifestándolas en el presente. El profeta dijo en el versículo 24: “El SEÑOR es mi porción –dice mi alma– por eso en El espero”. Espera en Jehová tu Dios porque es tu porción, tu herencia es Aquel que ha manifestado Su misericordia para contigo en el pasado y en el presente; ¿por qué dudar de la manifestación de Su bondad para contigo en el futuro? Además Él ha prometido: “No te desampararé, ni te dejaré” (Heb. 13:5).

Puede ser que por tu ignorancia a lo que pasará mañana o a las cosas secretas de Dios (Dt. 29:29) te preguntes si Dios manifestará Su bondad para contigo en el futuro. No dudes, sino sabe que Su promesa es certísima. Contempla la bondad de Dios para contigo en el pasado, en el presente y entonces di: “En Él esperaré” –lo cual es una confianza en que por la gracia de Dios en Jesucristo, así será. Como el salmista puedes decir: «Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida» (Sal. 23:6a). ¿En quien está basada esta confianza? En el Dios cuyas misericordias nunca decayeron y cuya fidelidad es grande. Ese mismo Dios es descrito en Santiago 1:17 primero como la fuente de toda bendición (“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende… del Padre de las luces”) y luego se le describe como el inmutable (“en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”). ¿Por qué traer a nuestras mentes Su atributo de inmutabilidad y no el de omnisciencia u omnipotencia? Porque el autor (inspirado por Dios) quiere que entendamos que el Dios que manifestó Su bondad ayer, no cambia; por lo tanto, Él también manifestará Su bondad mañana.

Es cierto que no sabemos lo que pasará mañana y es cierto que no sabemos completamente lo que hay en la mente de Dios; pero algo sí sabemos, y es que nuestro Dios es bondadoso. Él ha prometido ser nuestro Ayudador y ha manifestado Su bondad en el pasado, la manifiesta en el presente y la manifestará en el futuro. ¡Amén!