7 razones para no estar ansioso.

  1. PORQUE SI DIOS TE HA DADO LO MAYOR, SIN DUDA TE DARÁ LO MENOR.
  2. PORQUE TÚ VALES MÁS QUE EL RESTO DE LA CREACIÓN.
  3. PORQUE HAY COSAS QUE ESTÁN FUERA DE TU CONTROL.
  4. PORQUE TÚ TIENES UNA MAYOR DURACIÓN QUE EL RESTO DE LA
    CREACIÓN.
  5. PORQUE DIOS SE HA COMPROMETIDO CONTIGO.
  6. PORQUE EL MAÑANA TODAVÍA NO HA LLEGADO.
  7. PORQUE DIOS ES TU PADRE.

¿Tiene una persona algún valor?

Afirmamos que el pecado ha afectado a toda la persona –su mente, sus emociones y su voluntad–. Pero, al mismo tiempo, debemos cuidarnos de dar a entender que el hombre (varón y hembra) ha sido reducido a un animal (en el mejor de los casos) o a una basura (en el peor de los casos). El hombre ni es una basura ni es un animal, es mucho más.

El Salmo 8:6 dice que Dios ha hecho al hombre señorear sobre el resto de la creación y que todo está bajo sus pies (véase también Gén. 1:28). El mismo Jesucristo tocó varias veces este punto. Él dijo en Mateo 6:26 lo siguiente: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?”. La respuesta a esa pregunta de Jesucristo es obvia: ¡claro que el hombre vale más que las aves del cielo! ¡mucho más! Y en Mateo 10:31 Jesucristo dijo que el hombre es más valioso que muchos pajarillos: “Así que no temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos”. Jesucristo también dijo, en Mateo 12:12, que el hombre vale mucho más que una oveja. En Mateo 16:26 Jesucristo dijo: “Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma?”. El alma del hombre vale más que el mundo entero; por lo tanto, cambiar el alma por el mundo entero sería una necedad. Así que, sí, una persona es valiosa y más valiosa que el resto de la creación1.

Ahora, ¿por qué el hombre es valioso? La razón por la cual el hombre es valioso es porque el hombre (varón y hembra) es la única criatura creada a imagen y semejanza de Dios: “Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra” (Gén. 1:26).

Para aquellos que son cristianos hay otra razón por la cual ellos son valiosos; y es que, por la gracia de Dios en Jesucristo, ellos fueron adoptados como hijos de Dios: “Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre” (Jn. 1:12).


1 Debemos también cuidarnos de decir que Jesucristo tuvo que venir a salvarnos debido a cuán valiosos somos. La razón, según la Biblia, por la cual Jesucristo quiso venir a salvarnos fue debido a la gloriosa gracia de Dios.

No temas, sé valiente; no desmayes, esfuérzate.

El llamamiento de Dios y la promesa de Su presencia deben hacer que nos esforcemos y seamos valientes para involucrarnos en Su obra –por más difícil que sea el trabajo– y obedecerle.

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Como un ejército de Dios.

Imagínate un ejercito de miles y miles de los hombres más valientes. En este ejército hay dos hombres que con sus lanzas mataron a seiscientos hombres, otro que peleó hasta tal punto que su mano se quedo aferrada a la espada, también hay tres hombres que irrumpieron en campamento enemigo y tomaron agua de allí, otro de los hombres mato a tres leones, este mismo hombre mató a un egipcio de aproximadamente dos metros. Estas son sólo algunas de las hazañas de esos valientes hombres, pertenecientes a ese ejército. Tal vez ya sepas a cuál ejército me refiero… al ejército de David («Los valientes de David») que se relata en 1 Crónicas 11, 12.

Este ejército tenía poder, pero ¿de dónde venia su poder? ¿venía de sus hombres valientes? En el capítulo 11 (de 1 Crónicas), antes de comenzar a mencionar los hombres valientes de David, dice esto: «David se engrandecía cada vez más, y el SEÑOR de los ejércitos estaba con él» (v. 9). En el mismo capítulo, ahora en el versículo 14, dice: «y se apostaron en medio de la parcela, y la defendieron e hirieron a los filisteos; y el SEÑOR los salvó con una gran victoria«. Por lo que dicen estos versículos podemos concluir que, sin duda alguna, el poder de David y sus valientes venía de Dios. Era Dios, en última instancia, quien le daba la victoria a David. No importaba cuántos millones de hombres valientes David pudo haber tenido, sin Dios este ejercito no hubiese sido nada. David sabía muy bien esto, por eso expresó en el Salmo 127:1: «Si el SEÑOR no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el SEÑOR no guarda la ciudad, en vano vela la guardia«. ¿En quién está tu confianza?

1ra parte; 2da parte