7 razones para no estar ansioso.

  1. PORQUE SI DIOS TE HA DADO LO MAYOR, SIN DUDA TE DARÁ LO MENOR.
  2. PORQUE TÚ VALES MÁS QUE EL RESTO DE LA CREACIÓN.
  3. PORQUE HAY COSAS QUE ESTÁN FUERA DE TU CONTROL.
  4. PORQUE TÚ TIENES UNA MAYOR DURACIÓN QUE EL RESTO DE LA
    CREACIÓN.
  5. PORQUE DIOS SE HA COMPROMETIDO CONTIGO.
  6. PORQUE EL MAÑANA TODAVÍA NO HA LLEGADO.
  7. PORQUE DIOS ES TU PADRE.

Un Padre todo-sabio y todopoderoso.

Hay padres que tienen el poder para darle a sus hijos todo lo que ellos quieran. Pero eso no siempre es algo bueno. Si los padres, sin pensarlo dos veces, les dan a sus hijos absolutamente todo lo que ellos piden; en muchas ocasiones no estarán beneficiando a sus hijos, sino perjudicándolos. ¿Por qué? Porque no es cierto que todo lo que los hijos desean es lo que ellos realmente necesitan; no es cierto que todo lo que los hijos quieren es necesario justo ahora; no es cierto que todo lo que los hijos piden beneficiará sus almas.

Por otro lado, hay padres que saben lo que es mejor para sus hijos y procuran dárselo, pero muchas veces se ven obstaculizados porque ellos no pueden darles a sus hijos todo lo que ellos piensan que realmente necesitan.

Ahora, nuestro Padre celestial, de quien los creyentes venimos a ser hijos gracias a la obra de Jesucristo, no tiene las debilidades que mencionamos anteriormente. Dios no es como ese padre que le da a sus hijos todo lo que ellos piden; porque Él sabe que a veces pedimos mal, para gastar en placeres fuera de Dios que al final nos llevarán a la destrucción (Stg. 4:3, 4).

Pero Dios tampoco es como ese padre que, aunque sabe lo que es mejor para sus hijos, no tiene el poder para dárselo. Dios está comprometido a darle a Sus hijos todo lo que ellos necesitan en el momento en el que ellos realmente lo necesitan (Jn. 16:23). Y así lo hará, porque nada es demasiado difícil o imposible para Él.

Dios es el Padre todo-sabio y todopoderoso. En otras palabras, Dios sabe lo que es mejor para Sus hijos y tiene todo el poder para darle lo mejor a Sus hijos. ¿No estás agradecido de tener a ese Dios como tu padre?

El afán: causa y remedio.

Hombre preocupado

El afán (preocupación desmedida, trabajo excesivo) es uno de los pecados de gran extensión y profundidad. “Extensión” ya que no conozco a la primera persona que no se afane. “Profundidad” ya que aunque cortamos al afán hoy, comenzará a crecer otra vez mañana. Pero en Mateo 6:25-34 Jesucristo nos llama, no menos de tres veces, a no afanarnos. ¿Qué hay detrás de nuestro afán? ¿Cuál es la raíz de éste? Nuestra poca fe en Dios (Mat. 6:30).

En Mateo 6:32 y 33 leemos lo siguiente:

“Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.

Hay tres cosas que quiero que notemos de estos versículos:

  1. Esos versículos no hablan de un dios impersonal, distante y despreocupado; más bien esos versículos hablan de un Dios que ha pasado a ser el Padre de todos los que confían en Jesucristo.
  2. Nuestro Padre celestial conoce nuestras necesidades. Él no ignora que necesitemos comer y beber, Él no ignora que necesitemos ropa.
  3. Después de invitarnos a una búsqueda más excelente (Su reino y Su justicia), Él se compromete a añadir “todas estas cosas”. ¿Cuáles? Comida, bebida, vestido, y toda otra necesidad real (no deseo antojadizo).

Esta es la verdad que debes repetirte a ti mismo y creer cada vez que seas tentado a afanarte: “Mi Padre celestial conoce mi necesidad y se ha comprometido a suplir toda (no algunas) necesidad real en el momento (no antes) en que lo necesite”.