Desde el capítulo 5 de Mateo hasta el capítulo 7 (inclusive) Jesucristo expuso lo que hoy conocemos como el sermón del monte. Ya casi finalizando Su sermón e inmediatamente después de hablar de que un árbol se conoce por su fruto, Jesucristo pronunció las siguientes palabras: “No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; APARTAOS DE MI, LOS QUE PRACTICÁIS LA INIQUIDAD” (Mt. 7:21-23). Después de leer este pasaje bíblico no podemos serle indiferentes, no podemos continuar como si hubiéramos hecho una lectura más.
Según las palabras de Jesucristo, no son pocos los que viven engañados al creer que son cristianos cuando en verdad no lo son. Esos “muchos”, a los que Jesucristo se refiere, participan de la adoración junto a la iglesia, profetizan, sacan demonios, hacen muchos milagros. Sin embargo, Jesús les dirá en aquel día: “Jamás os conocí; APARTAOS DE MI, LOS QUE PRACTICÁIS LA INIQUIDAD“. ¡Oh, esas son las palabras más terribles que pueden salir de los labios de nuestro Señor! Después de esas palabras no importa qué se haga, no importa que se llore sin cesar, sólo queda separación de Aquel que es luz y vida (condenación eterna). Es mi oración a Dios que ninguno de nosotros estemos aquel día entre esos “muchos”. Continúa leyendo No todo el que dice: “Señor, Señor”.