Mi reacción ante la anulación del derecho al aborto.

El caso Roe vs. Wade, llamado así por “Jane Roe” (la demandante a favor del aborto) y Henry Wade (un fiscal de distrito en contra del aborto), fue el litigio judicial de 1973 en el que la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó que la Constitución protegía la libertad de una mujer embarazada para optar por un aborto. Según abort73.com, desde ese entonces, “más de 2,400 seres humanos mueren por aborto cada día en los Estados Unidos”.

¡ANULADO!

El 6 de mayo del presente año (2022), el ministerio Living Waters realizó una publicación con el siguiente título “Roe vs. Wade pudiera ser anulado si hacemos esto”. ¿Sabes lo que pensé cuando leí ese título? “¿Anular Roe vs. Wade? ¡Imposible!”.

Pero el pasado 24 de junio CNN en Español reportó como la Corte Suprema de Estados Unidos acababa de anular el caso Roe vs. Wade, al considerar que ya no existía el derecho constitucional federal al aborto. Me paré de un brinco de mi asiento, me aseguré de que no estaba leyendo una noticia falsa y una sonrisa apareció en mi rostro.

La anulación del derecho al aborto no significa que el aborto se ha vuelto ilegal en todos los Estados Unidos; significa que cada estado determinará o no los derechos de aborto. Sin embargo, vale la pena orar para que Dios confirme está decisión a lo largo de los años y esta decisión es digna de celebrar porque es un fuerte golpe contra el aborto:

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Si dependes de tus buenas obras, estás en problemas.

En este mundo hay personas que no se consideran pecadoras. Estas personas dicen que no han hecho nada malo por lo cual deban arrepentirse, ellas se consideran “buenas personas”. Por lo tanto, Dios debería premiarles por su buena conducta –creen ellas.

También hay personas que saben que son pecadoras, pero creen que lo único que necesitan es hacer unos cuantos ajustes. Es decir, estas personas saben que tienen un problema, pero creen que la solución a su problema es tratar de comportarse bien de ahora en adelante.

¿Qué dice al respecto la Palabra del Dios ante quien hemos de pararnos a dar cuenta en el día del juicio? Para eso vamos a ir al libro de Gálatas, que fue una carta escrita por el apóstol Pablo (Gl. 1:1) a las iglesias de Galacia (Gl. 1:2). Allí se habían levantado falsos maestros que enseñaban que era necesaria la circuncisión y el guardar la ley para ser salvados, a lo que Pablo (inspirado por Dios) respondió recordándoles que la salvación es solo por la fe en Cristo solo. Gálatas 3:10 dice:

“Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: «MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA HACERLAS»”.

PARA HACERLAS

No es suficiente saber cuáles son los mandamientos de Dios, no es suficiente venir a la iglesia a oírlos o abrir la Biblia para leerlos, ni siquiera es suficiente asentir a ellos. Es necesario hacerlos, es necesario obedecerlos.

Y como Jesús enseñó en el sermón del monte, la obediencia a los mandamientos de Dios no es meramente externa, sino que debe venir desde el corazón. Tal vez nunca has tomado una pistola y le has disparado a alguien; pero, según Dios, si te has enojado desmedidamente contra alguien, ya quebrantaste “no matarás”. Tal vez nunca te hayas acostado con alguien que no sea tu cónyuge; pero, según Dios, si has visto con lujuria a alguien que no es tu cónyuge ya quebrantaste “no cometerás adulterio”.

TODAS LAS COSAS

No es suficiente obedecer algunos cuantos mandamientos de la ley de Dios. Ni siquiera es suficiente obedecer la mayoría o el 99% de los mandamientos. Es necesario obedecer absolutamente todos los mandamientos de la ley de Dios, el 100%.

Santiago 2:10, 11 lo dice de la siguiente manera: “Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero falla en un punto, se ha hecho culpable de todos. Pues el que dijo: «NO COMETAS ADULTERIO», también dijo: «NO MATES». Ahora bien, si tú no cometes adulterio, pero matas, te has convertido en transgresor de la ley”.

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Amado y cuidado por el Padre.

El pastor Misael Susaña comparte las buenas noticias de que, en Jesús, los creyentes fuimos adoptados por Dios. También, nos enseña tres privilegios que tenemos los hijos de Dios.