El decreto de Dios [II]

El decreto de Dios es universal; abarca toda clase de eventos o actos:

EVENTOS BUENOS Y MALOS (Génesis 37:28; 45:7,8; Job 1:21; Isaías 45:7; Amós 3:6; Santiago 1:17). 

Job capítulo 1 nos relata como éste (Job) perdió todo lo que tenía: sus bueyes y asnas, sus criados, sus ovejas y pastores, sus camellos, sus hijos e hijas. Y ante esta repentina y terrible calamidad, el versículo 21 nos dice cuál fue la reacción de Job: “y dijo [Job]: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó; bendito sea el nombre del SEÑOR”. Job reconoció que Dios era el dador de las riquezas que él tenía (El SEÑOR dio), pero también reconoció que Dios era quien se las había quitado (el SEÑOR quitó).

ACTOS PECAMINOSOS (Génesis 50:19,20; 2 Samuel 24:1; Job 1:11,12; Lucas 22:22; Hechos 2:23; 4:27,28).

Como dije en la publicación anterior, Dios no es autor del pecado; Él no ama el pecado ni ama al pecador (Sal. 7:11).

Aun el pecado de los hombres está bajo el control de Dios. Esto garantiza que nada –ni siquiera el pecado– frustrará el propósito de Dios. ¿Cómo podría Dios afirmar que aquello que Él ha establecido se cumplirá, si el pecador (quien es enemigo de Dios) no estuviera bajo Su control absoluto? En Genesis 50:20, José le dijo a sus hermanos que ellos habían pensado hacerle mal, pero que Dios lo había tornado a bien. Dios había enviado a José a Egipto (Gn. 45:8), para que se preservara la vida de mucha gente al ser José gobernador de Egipto. Job 1:6,7,11,12 y 2 Samuel 24:1 (cf. 1 Cr. 21:1) nos enseñan que aun Satanás está bajo el control de Dios.

Samuel E. Waldron dijo: “Otro pensamiento que ayuda a aliviar este problema [el decreto de Dios abarca los actos pecaminosos] puede entreverse en los pasajes que hablan del decreto de Dios en cuanto a las acciones pecaminosas (Gn. 50:20; 2 S. 24:1; Hch. 2:23). En cada uno de estos pasajes está claro que la razón fundamental de Dios al decretar el pecado fue completamente pura. En el primero y el tercero, su motivación es clementemente redentora. En el segundo, es justamente retributiva1”. Continuar leyendo El decreto de Dios [II]

El decreto de Dios.

Empecemos definiendo el decreto de Dios: «Dios ha decretado desde la eternidad, libre e inalterablemente, todo lo que ha de ocurrir en el tiempo y todo para Su gloria«.

Uno de mis pasajes bíblicos favoritos acerca del decreto de Dios es Isaías 46:9-11:

«Acordaos de las cosas anteriores ya pasadas, porque yo soy Dios, y no hay otro; yo soy Dios, y no hay ninguno como yo, que declaro el fin desde el principio y desde la antigüedad lo que no ha sido hecho. Yo digo: “Mi propósito será establecido, y todo lo que quiero realizaré”. Yo llamo del oriente un ave de rapiña, y de tierra lejana al hombre de mi propósito. En verdad he hablado, ciertamente haré que suceda; lo he planeado, así lo haré».

He aquí otros pasajes bíblicos que nos enseñan acerca del decreto de Dios: Salmos 115:3Proverbios 19:21Isaías 14:24-27Hechos 4:27,28Efesios 1:11.

ALGUNAS CONSIDERACIONES:

  1. Aunque Dios sabe todo lo que pudiera o puede pasar en todas las condiciones que se puedan suponer (1 S. 23:11,12), la presciencia de Dios está basada en Su decreto –y no al revés (Hch. 2:22,23). Es decir, Dios nada ha decretado porque lo previera como futuro.
  2. El decreto de Dios no elimina las causas secundarias, sino que las establece (Hch. 2:22,23).
  3. Dios no es autor del pecado, ni tiene comunión con nadie en el mismo (Sal. 7:11; Hab. 1:13).
  4. Algunos teólogos han rechazado el término y las implicaciones de «voluntad permisiva», ya que ésta puede implicar un mero permiso, involuntario de Dios. Además, «permiso» indica una voluntad opuesta [a la de Dios] y tal voluntad no existía cuando Dios decretó desde la eternidad todo (Ro. 11:34; 1 Co. 2:16).

1ra parte; 2da parte; 3ra parte

¿Por qué Dios nos escogió para salvación?

La Palabra de Dios nos enseña que «muchos son llamados, pero pocos son escogidos» (Mt. 22:14). Y todo cristiano, pienso, alguna vez se ha preguntado: “¿Por qué Dios me escogió para salvación?”. Escuchamos esta pregunta en canciones cristianas, en predicaciones, etc. Daré una respuesta a esta pregunta a partir de dos pasajes en la Escritura.

DEUTERONOMIO 7:6-8

“Porque tú eres pueblo santo para el SEÑOR tu Dios; el SEÑOR tu Dios te ha escogido para ser pueblo suyo de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra. El SEÑOR no puso su amor en vosotros ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos; mas porque el SEÑOR os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, el SEÑOR os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto”1.

En el versículo 6 se dice que Israel era pueblo santo, separado para el Señor; escogido por Dios para ser pueblo Suyo, su posesión exclusiva (NVI), pueblo especial (RVR1960). El versículo 7 dice cual no fue la razón por la cual Dios escogió a Israel. Esta razón no fue que ellos eran más numerosos que otros pueblos, ya que la realidad era que Israel era el pueblo más pequeño. Ahora, cuidado con interpretar este versículo de la siguiente manera: “Si Israel no fue escogido por ser el pueblo más numeroso, eso quiere decir que fue escogido por ser el pueblo más pequeño” –eso no es lo que dice este pasaje bíblico. No es en la última parte del versículo 7 donde se encuentra la respuesta a nuestra pregunta, sino en el versículo 8 que dice: “porque el SEÑOR os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres”. Volvamos atrás y leamos los versículos 7 y 8 otra vez: “El SEÑOR no… os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo… mas porque el SEÑOR os amó y guardó el juramento que hizo”. Dios escogió a Israel porque, he aquí la razón, Él los amó y quiso (en Su voluntad) guardar el juramento que había hecho. Continuar leyendo ¿Por qué Dios nos escogió para salvación?

Los 5 puntos del calvinismo.

  1. Depravación total: Debido a la caída del hombre en el pecado, cada persona sin la gracia de Dios está muerta espiritualmente, esclavizada al pecado, con un corazón inclinado no a amar a Dios y obedecerle, sino al pecado; ésta es incapaz , en sus propias fuerzas, de desear a Dios o hacer lo que a Él le agrada –ya que no quiere ni puede–. Esta depravación o corrupción es total. Ahora, «total» no significa que las personas son tan malas como podrían ser, sino que la caída afectó todo el ser de ésta (intelecto, emociones y voluntad): Salmos 51:5; Romanos 3:10-18; 5:128:7; Efesios 2:1-3.
  2. Elección incondicional: Dios ha elegido desde la eternidad a ciertas personas que Él ha de buscar y salvar, no basado en algún mérito en ellas ni previendo su arrepentimiento y fe –ya que El es quien da esas gracias–; sino que Su elección está basada en el puro afecto de Su voluntad: Lucas 4:25-27; Hechos 13:48; Romanos 8:29; Efesios 1:4-6; 2:8, 9.
  3. Expiación limitada: La expiación vicaria de Jesucristo tenía el propósito de salvar con toda seguridad a aquellos que la soberana voluntad de Dios escogió. Por lo tanto, la expiación es efectiva sólo para aquel determinado grupo de personas que Dios eligió para salvación y no toda persona sin excepción: Mateo 1:21; Juan 6:37; 10:14-16, 26; 17:9; Romanos 8:29, 30.
  4. Gracia irresistible: Aquellos que Dios decidió salvar en Su gracia, con toda seguridad serán salvados; ya que Él, en la persona del Espíritu Santo y en el momento que Él ha determinado, vencerá su resistencia natural a obedecer el evangelio y hará que vayan con arrepentimiento y fe a Jesucristo (sin coacción alguna): Mateo 22:14; Juan 3:1-8; 6:37, 44; Romanos 9:19; 1 Tesalonicenses 1:5.
  5. Perseverancia de los santos: Todos aquellos que han sido salvados serán también preservados por Dios y perseverarán hasta el final en la fe. Aunque los cristianos tropiezan, nunca caerán total y definitivamente de la gracia que los perdona y los santifica: Juan 6:39; Romanos 8:29-30,35-39; Filipenses 1:6; 2:12, 13; 1 Juan 2:19.