¿Por qué es importante asistir regularmente a la iglesia?

En Hebreos 3 Dios en Su gracia hace una advertencia a la que todo cristiano verdadero ha de prestar mucha atención: “Tened cuidado, hermanos, no sea que en alguno de vosotros haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo. Antes exhortaos los unos a los otros cada día, mientras todavía se dice: Hoy; no sea que alguno de vosotros sea endurecido por el engaño del pecado” (vv. 12, 13). Nadie planea apartarse del Dios vivo; pero, según este pasaje bíblico, todo comienza con el pecado en nosotros.

El pecado nos engaña prometiéndonos que apartados de Dios seremos realmente felices. El pecado nos engaña diciéndonos que seguir nuestro propio camino, y no el consejo de Dios, es la decisión más sabia. Y me pregunto si es parte de este engaño del pecado el pensamiento de que no corremos ningún peligro si dejamos de asistir regularmente a la iglesia –lo cual no me sorprendería–. Cuando pecamos estamos siendo incrédulos hacia Dios (quien siempre es fiel) para creer al pecado (que siempre es engañoso). ¡Qué tremenda necedad! Y cada vez que pecamos impenitentemente (i. e. Sin arrepentimiento) nos alejamos más y más del Dios vivo. Cedemos sutilmente al pecado –sea porque lo ignoramos1, lo minimizamos o lo justificamos– y nuestro corazón es endurecido, ya no es sensible a la voz del Espíritu Santo y ya no se duele por su pecado.

¿Cuál es el remedio para esto? La exhortación los unos a los otros cada día, según dice la primera parte del versículo 13: “Antes exhortaos los unos a los otros cada día”. Aquellos con el Espíritu Santo en sus corazones y con la Biblia en sus manos han de exhortarse unos a otros. Tú debes exhortar bíblicamente a tu hermano y tú necesitas ser exhortado bíblicamente por tu hermano. Y todo eso sucede en el contexto de la iglesia, el grupo de creyentes en Jesucristo que se reúnen para adorar a Dios. Al decirse «cada día» entendemos que tal exhortación no ha de llevarse a cabo únicamente los domingos, pero no es menos que esto.

Así que, aquel que profesa ser cristiano, pero no asiste regularmente a la iglesia corre un gran peligro; ya que es en el contexto de la iglesia donde se previene el apartarse de Dios y endurecimiento del corazón, por medio de la exhortación.


1 Paul Tripp dice: “Mientras que el pecado more en nosotros, habrá algunos aspectos de ceguera espiritual en todos nosotros… El pasaje está diciendo básicamente que todos nosotros necesitamos ayuda hasta que estemos en casa con el Señor, todos nosotros sufriremos de algún grado de ceguera espiritual. Y, a diferencia de las personas ciegas físicamente, las personas ciegas espiritualmente son regularmente ciegas a su ceguera”.

1ra parte; 2da parte

Rechazando el afán, abrazando a nuestro Padre.

En este sermón consideraremos: El mandato negativo de no afanarnos que Jesucristo nos da; cuatro razones de por qué no afanarnos: (1) porque el mismo Dios que nos ha dado la vida y el cuerpo es el mismo Dios que nos dará el alimento y la ropa, (2) porque hay cosas que están fuera de nuestro control y que por mucho que nos afanemos no podremos manejar, (3) porque cada día trae su afán y (4) porque Dios es nuestro Padre, que conoce nuestra necesidad y se ha comprometido a suplirla; una deficiencia en la fe como la causa del afán; y el mandato positivo de buscar primeramente el reino de Dios y Su justicia, acompañado de una promesa.

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El hombre miente y se arrepiente, Dios no [Sermón]

Dios no es como los hombres que mienten y se arrepienten. Y para no responder en incredulidad al Dios que nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, debemos mirar con ojos de fe no sólo a las promesas en sí mismas, sino también al carácter de Aquel que prometió: Dios es fiel e inmutable.

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NO al afán y ansiedad.

No Afán y Ansiedad

En Mateo 6:33 dice: “Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Este versículo nos recuerda cuál debe ser nuestra prioridad. Nota que el versículo dice: «buscad primero«; ¿qué buscaremos primero? el reino de Dios y Su justicia. Es una gran necedad afanarse por lo terrenal y temporal y descuidar lo celestial y eterno. Nuestra prioridad debe ser Dios, Su reino, Su justicia. Cuando quitamos del primer lugar en nuestras vidas a Dios, Su reino y Su justicia, actuamos como necios; nos afanamos por lo que vendrá como añadidura y descuidamos nuestra principal responsabilidad (obedecer a Dios). Cuando nos afanamos por la comida, la bebida, la ropa y descuidamos el reino de Dios y Su justicia, actuamos como necios pecadores. Charles Spurgeon dijo: «Cuando te angustias por tu suerte y por tus circunstancias, te estás entremetiendo en los asuntos de Cristo y estás descuidando los tuyos. Has estado procurando “proveerte” de trabajo, y has olvidado que lo que a ti te corresponde es obedecer. Sé sabio y procura obedecer, deja a Cristo el proveer». Dios cuida de toda Su creación y Su favor especial es para con todos Sus hijos. Esto es lo que Jesús nos enseña en Mateo 6:25-34. Nos da como ejemplo las aves del cielo, que aunque no trabajan, son alimentadas por Dios (v. 26); nos da como ejemplo los lirios del campo, que aunque tampoco trabajan, Dios los viste con gloria (vv. 28, 29); y Jesucristo preguntó repetidas veces: “¿Dios no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?”. En vez de afanarte, preocúpate de cumplir tu deber principal (buscar el reino de Dios y Su justicia); sabiendo que las demás cosas vendrán, como el Señor dijo, por añadidura.

Algo parecido a lo dicho en Mateo 6:33 se nos enseña en Filipenses 4:6: “Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios”. En este pasaje bíblico Dios comienza llamándonos a no afanarnos. Lo que sí debemos hacer es dar a conocer a Dios nuestra peticiones por medio de la oración. De este pasaje bíblico aprendemos que muchas veces el afán y la ansiedad vienen a nosotros como resultado de una falta de oración y confianza en el Dios que controla todo. ¿Algo te preocupa en tu trabajo y estás siendo tentado a afanarte por eso? Dale a conocer a Dios tus peticiones; ¿Algo te preocupa en tu lugar de estudios y estás siendo tentado a afanarte por eso? Dale a conocer a Dios tus peticiones; ¿Algo te preocupa en tu hogar y estás siendo tentado a afanarte por eso? Dale a conocer a Dios tus peticiones. El versículo 7 (Filipenses 4) dice: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús” (cf. Isaías 23:3). Medita en el Dios (tu Padre) que sustenta y controla toda Su creación; da a conocer a Él, quien tiene cuidado de ti (1 P. 5:7), tus peticiones y confía en Él. Así, Él será glorificado y tanto tú serás guardado en perfecta paz.