Aprende a dar y recibir elogios con Pablo.

El Diccionario de la lengua española define “elogio” como la alabanza de las cualidades y méritos de alguien o de algo. Una vez definido el término, te pregunto: ¿Cuál es tu actitud hacia los elogios? He escuchado a cristianos decir que ellos no elogian a nadie porque eso puede dar motivo al envanecimiento de la otra persona. Otros, al ser elogiados, parecen negar todo lo bueno que han hecho.

Ninguna de esas dos son actitudes correctas ante los elogios. Pero aquí está el apóstol Pablo para enseñarnos a dar y recibir elogios de una manera que agrade a Dios.

DAR ELOGIOS

“Ahora, hermanos, les damos a conocer la gracia de Dios que ha sido dada en las iglesias de Macedonia. Pues en medio de una gran prueba de aflicción, abundó su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad. Porque yo testifico que según sus posibilidades, y aun más allá de sus posibilidades, dieron de su propia voluntad, suplicándonos con muchos ruegos el privilegio de participar en el sostenimiento de los santos. Y esto no como lo habíamos esperado, sino que primeramente se dieron a sí mismos al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios” (2 Corintios 8:1-5).

En 2 Corintios 8 el apóstol Pablo muestra a las iglesias de Macedonia como un ejemplo de generosidad que la iglesia de Dios en Corinto debía imitar: las iglesias de Macedonia estaban en gran prueba de aflicción, pero abundaron en gozo; eran profundamente pobres, pero eran ricos en generosidad.

Las iglesias de Macedonia dieron más allá de sus posibilidades. No por obligación, sino de su propia voluntad. Los ruegos no vinieron del apóstol o sus colaboradores, sino que los ruegos vinieron desde estas iglesias para que las dejaran participar de lo que ellas consideraban un “privilegio”: sostener a otros cristianos en necesidad.

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Cuando lo poco es mucho.

Los milagros son peculiares en el sentido de que no son habituales o frecuentes. Y dentro de los milagros de Jesús, hay uno que es incluso más peculiar. Éste es uno de los dos milagros que se registran en los cuatro evangelios. Éste se encuentra registrado en el capítulo más largo de Juan. Éste, a diferencia del milagro en las bodas de Caná (Juan 2), fue presenciado y experimentado personalmente por miles de personas. Después de llenar 5 mil estómagos es muy difícil negar el milagro de Jesús.

El milagro al cual me refiero fue el de la alimentación de los [más de] 5 mil. Con este milagro Jesús alimentó a 5 mil personas (sin contar a las mujeres y los niños) que se habían reunido para que Jesús las sanara y les enseñara.

Jesús no alimentó a esa gran multitud de la nada –aunque Él podía hacerlo sin problema–. Él alimentó a la gran multitud de casi nada: de cinco panes de cebada y dos peces pequeños. Eso podría ser la comida de un par de personas, no de 5 mil personas. Por eso Andrés, hermano de Simón Pedro, preguntó: “¿qué es esto para tantos?”. Andrés estaba poniendo en sus propias palabras algo que Felipe, otro discípulo de Jesús, había dicho anteriormente: “Doscientos denarios de pan no les bastarán para que cada uno reciba un pedazo”. Ninguno tenía provisión suficiente para tanta gente. Pero Jesús demostró ser el Proveedor supremo. Él es el único que puede sumar 5 más 2 y obtener como resultado 5,000.

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Johnson sobre “responsabilidades de los miembros de la iglesia”.

I. RESPONSABILIDADES PARA CON DIOS

  1. Ser bautizado (Hechos 2:38).
  2. Participar regularmente de la cena del Señor (1 Corintios 11:24).

II. RESPONSABILIDADES LOS UNOS PARA CON LOS OTROS

  1. Activos en amarse los unos a los otros (1 Pedro 1:22).
  2. Activos en la rendición de cuentas (Santiago 5:16; Gálatas 6:1).
    • En someterse los unos a los otros (Efesios 5:21).
    • En el edificarse los unos a los otros (Romanos 14:19; 1 Tes. 5:11).
    • En el exhortarse los unos a los otros (Hebreos 3:13; Hebreos 10:25).
    • En el amonestarse los unos a los otros (Romanos 15:4; Colosenses 3:16).
    • Si es necesario, someterse a la disciplina de la iglesia (2 Tes. 3:14-15).
  3. Activos en la comunión los unos con los otros (1 Juan 1:7).
  4. Activos en el cuidado los unos por los otros (1 Corintios 12:24-26).
  5. Activos en la asistencia (Hebreos 10:25).
  6. Activos en apoyar la obra del ministerio (1 Corintios 9:11).
  7. Activos en la oración (Santiago 5:13).

III. RESPONSABILIDADES HACIA EL LIDERAZGO DE LA IGLESIA

  1. Honrarles (1 Timoteo 5:17; 1 Tesalonicenses 5:12-13).
  2. Someterse a ellos (Hebreos 13:17).
  3. Apoyarles (1 Timoteo 5:17-18; 1 Corintios 9:9-11).
  4. Orar por ellos (2 Tesalonicenses 3:1).
  5. Ser cuidadoso al presentar alguna acusación (1 Timoteo 5:19).

IV. RESPONSABILIDADES PARA CON LOS NO CREYENTES

  1. Orar por ellos (1 Timoteo 2:1).
  2. Hacerles bien (Gálatas 6:10).
  3. Evangelizarles (1 Corintios 9:22).
  4. Amarles (Romanos 13:8).
  5. No juntarse en yugo desigual con ellos (1 Corintios 7:39).
  6. Ser honestos con ellos (1 Pedro 2:12).

Este artículo es un extracto de: Jeffrey D. Johnson. La iglesia: ¿por qué es importante?, pp. 83-85.