«Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Filipenses 3:13, 14. RVR1960).
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¿Cuándo se vence al pecado? [II]
En el artículo anterior vimos que debemos tener cuidado de recrear nuestros ojos, tanto físicos como los de nuestra mente, en lo incorrecto. Y esa advertencia vino debido a que en 2 Samuel 11 el rey David, en vez de apartar su mirada de la mujer, «vio a una mujer que se estaba bañando… mandó a preguntar acerca de aquella mujer… envió mensajeros y la tomó» (vv. 2-4).
Pero no sólo debemos apartar nuestra mirada –y nuestros pensamientos– de lo que puede hacernos pecar, sino que también debemos tener pensamientos correctos. Y 2 Samuel 12 nos ayuda a pensar correctamente como un arma para vencer al pecado.
En este capítulo el profeta Natán reprende a David debido al pecado que éste último había cometido. El profeta le hace una historia a David acerca de un hombre que, aun teniendo muchas ovejas, no tomó de sus ovejas; sino que tomó la única oveja de un hombre pobre. Al oír eso, David se enoja grandemente y condena a muerte a ese hombre. Pero lo que David no sabía era que él era el hombre de esa historia y que él era digno de muerte por el pecado cometido.
Dios, entonces, pronuncia disciplina sobre David: debido al homicidio que David había cometido, la espada nunca se apartaría de su casa (v. 10); y debido al adulterio que él había cometido, otras personas tomarían y se acostarían con las mujeres de David (v. 11). Pero Dios no sólo pronuncia disciplina, sino que también ejecuta disciplina sobre David: el niño que le había nacido a David de Betsabé iba a morir (v. 14). Y así sucedió –a pesar de David haber orado y ayunado–.
Dios es fiel tanto en Sus promesas de bien como en Sus advertencias. Muchas veces no vemos el pecado como algo tan serio como Dios lo ve. Pero todas las serias consecuencias del pecado de David nos recuerdan que el pecado es un asunto muy serio a los ojos de Dios. Al ser tentado a pecar, deja que el ejemplo de David te recuerde que tan serio es el pecado para que así no cedas a la tentación. Es mejor recordar cuán serio es el pecado y no pecar que pecar y que las consecuencias que sufrimos nos recuerden cuán serio es el pecado.
1ra parte; 2da parte; 3ra parte
Plan de lectura de la Biblia gaD.
Son muchos los cristianos que, para el año nuevo, hacen la resolución de leer la Biblia diariamente. Eso es bueno, porque como alguien dijo: “la Biblia no está supuesta a ser un pastel para ocasiones especiales, sino un pan para consumo diario”. Y como una forma de apoyar a esos muchos cristianos en su resolución, he diseñado el Plan de lectura de la Biblia Gustad a Dios.
Ahora, hay una gran cantidad de planes de lectura de la Biblia –y buenos planes–; ¿qué tiene éste de especial? Respuesta corta: el Plan de lectura de la Biblia Gustad a Dios combina una lectura calmada de toda la Biblia con una lectura cronológica.
Este plan de lectura no es como el tradicional plan de lectura de la Biblia en un año. Este plan de lectura gaD tiene una duración de tres años. Eso lo hace ideal para aquellos que no son lectores rápidos o simplemente que, como yo, deseamos sacar el máximo provecho de lo que leemos a través de la meditación. Parafraseando a Don Whitney, prefiero leer sólo un capítulo y recordar más que leer cuatro capítulos y recordar menos.
El plan de lectura gaD también te permite leer la Biblia en el orden en el que los eventos ocurrieron cronológicamente. Y eso, ver un evento en su contexto, te permite entender mejor lo que lees.
Por ejemplo: en el Salmo 7:1 David dice: “Oh Señor, Dios mío, en ti me refugio; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame”; en el Salmo 27:10 David dice: “Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el Señor me recogerá”; y en el Salmo 31:11 él dice: “A causa de todos mis adversarios, he llegado a ser objeto de oprobio, especialmente para mis vecinos, y causa de espanto para mis conocidos; los que me ven en la calle huyen de mí”. Ahora, ¿sabías que los Salmos 7, 27 y 31 fueron escritos cuando David huía de Saúl? El rey quería matar a David y ya había matado a un sacerdote que había ayudado a David –¡con razón nadie quería ser visto con David!–; pero David tiene la seguridad de que aunque aquellos que están supuestos a estar más cerca lo abandonen, Dios nunca lo hará.
Puedes descargar el Plan de lectura de la Biblia Gustad a Dios en PDF para tu computadora o para imprimir, aquí. O lo puedes descargar en formato .ics para importarlo a tu calendario iCal o Google Calendar, aquí.
No te olvidaré ni dejaré de amar.
Las madres reflejan de una manera especial el tierno amor de Dios por Sus hijos. Al mismo tiempo, el amor de Dios por Su pueblo excede infinitamente el amor de todas las madres por sus hijos.