Keller sobre «Sustitutos de Dios».

Varios «sustitutos de Dios» y los prejuicios y destrucción ocasionados por cada uno de ellos. En efecto, podemos distinguir algunos:

  • Si centras tu vida e identidad en tu cónyuge o pareja, serás dependiente, celoso y controlador en términos emocionales.
  • Si centras tu vida e identidad en tu familia e hijos, tratarás de vivir tu vida a través de ellos, hasta que tus hijos se molesten contigo o no tengas un “yo” propio. En el peor de los casos, podrás abusar de ellos si te causan disgustos.
  • Si centras tu vida e identidad en tu empleo y profesión, serás adicto al trabajo, superficial y aburrido. En el peor de los casos, perderás a tus familiares y amigos, y si te va mal en tu profesión, puedes sufrir una profunda depresión.
  • Si centras tu vida e identidad en el dinero y en las posesiones materiales, te consumirás por la preocupación por el dinero. Estarás dispuesto a hacer cosas poco éticas para mantener tu estilo de vida, lo cual terminará por arruinar tu vida.
  • Si centras tu vida e identidad en el placer, la gratificación y la comodidad, te volverás adicto a algo. Quedarás encadenado a las “estrategias de escape” con las cuales intentas evitar las dificultades de la vida.
  • Si centras tu vida e identidad en las relaciones y en la aprobación, constantemente te sentirás herido por la critica y siempre pelearás con tus amigos. Sentirás miedo de confrontarlos, y serás por lo tanto un amigo inútil.
  • Si centras tu vida e identidad en una “causa noble”, dividirás al mundo entre “bueno” y “malo”, y satanizarás a tus oponentes. Irónicamente, serás controlado por tus enemigos, pues, sin ellos, no tendrás un propósito en la vida.
  • Si centras tu vida e identidad en la religión [salvación por medio del esfuerzo moral] y la moralidad, y vives a la altura de tus parámetros morales, serás orgulloso, cruel, y te creerás superior a los demás. Si no vives a la altura de tus parámetros, sentirás una culpa devastadora (pp. 280, 281).

Todos tenemos que vivir por algo. Y lo que quiera que esto sea, se convierte en el «Señor de tu vida», aunque lo pienses así o no. Jesús es el único que, si lo recibes, te llenará por completo, y, si le fallas, te perdonará eternamente (p. 177).

Este artículo es un extracto tomado de: Timothy Keller. En defensa de Dios: creer en una época de escepticismo (Bogotá, Colombia: Grupo Editorial Norma, 2009).

Huye de la masturbación y sigue a Jesús [IV]

DEJA LA MASTURBACIÓN POR AMOR A DIOS

Cuando a Jesús le preguntaron cuál es el primer mandamiento, Él respondió: “AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE” (Mt. 22:37); y agregó que de este mandamiento, y de amar al prójimo como a uno mismo (v. 39), depende toda la ley y los profetas (v. 40). Más adelante, Jesús dijo a Sus discípulos: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos” (Jn. 14:15). ¿Sabes por qué pecamos, aun después de convertirnos en cristianos? Porque aún no amamos a Dios con todo nuestro ser, aún no nos deleitamos en Dios sobre todas las cosas.

Te pregunto: ¿Quieres amar más a Dios? Tú respuesta posiblemente sea “sí”. Pídele a Dios, en primer lugar, que haga abundar el amor por Él en tu corazón. Contempla, en segundo lugar, el gran amor de Dios por ti. Pon tus ojos, por fe, en la cruz de Jesús –el lugar donde Dios demostró Su amor–. Este es el amor que no puede ser superado; este amor no está basado en tu amor por Dios, sino que tu amor por Él está basado en Su amor por ti (1 Jn. 4:10,19); este es el amor que llevó a Dios Padre a dar a Su Hijo unigénito para tu salvación; este es el amor que llevó a Jesús a la cruz para apaciguar la ira de Dios. Mira Sus manos y Sus pies en la cruz clavados. Mira la sangre que sale de Sus heridas y sabe que fue por amor a ti. Sabe que por Él vino la gracia que es más abundante que todos tus pecados –incluyendo la masturbación.

DEJA LA MASTURBACIÓN PORQUE ÉL CUMPLE SU PALABRA

Dice Job 31:1-4: “Hice un pacto con mis ojos, ¿cómo podía entonces mirar a una virgen? ¿Y cuál es la porción de Dios desde arriba, o la heredad del Todopoderoso desde las alturas? ¿No es la calamidad para el injusto, y el infortunio para los que obran iniquidad? ¿No ve El mis caminos, y cuenta todos mis pasos?”. Job hizo pacto con sus ojos, él no miraría con lujuria a ninguna mujer. ¿Por qué? Job estaba consciente de la omnisciencia de Dios (v. 4). Pero no sólo eso, sino que también Job estaba convencido de que ese mismo Dios galardona a quienes le obedecen (v. 2) y quebranta a quienes le desobedecen (v. 3). Continuar leyendo Huye de la masturbación y sigue a Jesús [IV]

El decreto de Dios [Sermón]

CUATRO APLICACIONES DE «EL DECRETO DE DIOS«:

  1. Ya hemos visto que Dios tiene el control de todo, que nada escapa de Su mano. Dios en Su decreto busca Su gloria y nuestro mayor beneficio: ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo (Ro. 8:28,29). ¿Estás inundado de paz? ¿O estás en un mar de aflicción? Recuerda lo que se nos dice en Isaías 26:3,4… Que tus pensamientos siempre, siempre, siempre perseveren en el único Dios soberano, todopoderoso, sabio, santo y quien siempre quiere nuestro bien [en El]  (Jer. 29:11). Haz del Señor Jehová tu fortaleza, tu roca eterna (LBLA). Y Dios mismo te guardará en completa paz, o como dice otra versión, «en perfecta paz» (LBLA).
  2. Hermano, la voluntad revelada (voluntad preceptiva) de Dios nos manda a predicar el evangelio (Mt. 28:19-20). Aunque no todos creerán, ¡qué maravilloso es saber que por la poderosa Palabra de Dios y la obra del Espíritu Santo, muchos sí creerán en el evangelio (en Cristo)! Vuelvo a repetir: «YO NO SOY DIOS»; no sé quiénes serán salvos; no sé quiénes fueron predestinados para vida y quiénes no, pero sí sé algo, y es que para que el hombre sea salvo, es necesaria la locura de la predicación (1 Cor. 1:18,21). Las dos últimas preguntas [retóricas] de Romanos 10:14 son: «¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?«. Así que, en obediencia a la voluntad revelada de Dios en Su Palabra, prediquemos el evangelio.
  3. Amigo, la voluntad revelada (voluntad preceptiva) de Dios llama a todos los hombres al arrepentimiento (Hch. 17:30,31) y a tener fe en el Señor y Salvador Jesucristo (Jn. 6:28,29). Sabe que TÚ NO ERES DIOS; es cierto que no sabes sí fuiste predestinado para vida o no. Por eso, con mucho más urgencia, acepta la invitación de Jesús que dice: “Venid a mí, todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mt. 11:28); “Yo soy el pan de la vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” (Jn. 6:35). Yo tampoco sé si fuiste predestinado para vida o no; pero de algo sí estoy completamente convencido y es que si hoy vas a Cristo, Él no te echará fuera (Jn. 6:37).
  4. Procura con diligencia conocer y obedecer la voluntad revelada de Dios (Ef. 5:17).

► ESCUCHAR | ▼ DESCARGAR

El decreto de Dios [III]

Hay muchas cosas acerca del decreto de Dios que no entendemos a plenitud, pero como dijo un puritano: “La fe debe nadar donde la razón se ahoga”. Aunque mi mente finita no entienda muchas cosas acerca del decreto del Dios eterno, hay algo que sí entiendo: “Las cosas secretas pertenecen al SEÑOR nuestro Dios, mas las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las palabras de esta ley” (Dt. 29:29). Ni tú ni yo somos Dios, no podemos conocer las cosas secretas que sólo El conoce y sería un gran atrevimiento tratar de indagar en los archivos secretos de Dios. Sin embargo, tanto tú como yo tenemos la Palabra de Dios, donde está expresada Su voluntad preceptiva (voluntad revelada) y en ésta debemos enfocar nuestra mayor atención para obedecerla. Según Deuteronomio 29:29, las cosas secretas son pertenencia de Dios y de nadie más; pero las reveladas, Dios nos las dio (nos pertenecen) a nosotros. ¿Para qué? ¿Con qué propósito? Para (con el propósito de) que las guardemos, las cumplamos, las obedezcamos. Enfoquemos nuestra mayor atención en la voluntad preceptiva de Dios y confiemos en el Dios que cumplirá Su voluntad decretiva de una manera sabia (Sal. 104:24) y santa (Sal. 77:13), para Su gloria (Ef. 1:6) y el bien de los Suyos (Ef. 1:3).

Cito a Juan Calvino –quien habló de aquellos que quieren elevar su razón por encima de lo permitido en las Escrituras: “Si alguien con una seguridad descuidada, entra a este lugar, no podrá ser exitoso en satisfacer su curiosidad. Entrará a un laberinto del cual no encontrará salida; porque no está bien para el hombre el examinar cosas sin las restricciones que Dios ha puesto a los hombres y ha escondido, ni tampoco le es correcto [al hombre] investigar la sabiduría más sublime que en ciertos puntos Dios quiere que respetemos pero no que entendamos, para que aun en éste, su perfección sea manifiesta”. Continuar leyendo El decreto de Dios [III]