Daddy Yankee y el peligro de posponer a Jesús.

El pasado domingo 3 de diciembre (2023), el “Rey del Reguetón” Daddy Yankee (Ramón Ayala) ofreció su último concierto en El Coliseo de Puerto Rico. Al final del concierto, Daddy Yankee dijo que por mucho tiempo había tratado de llenar un vacío en él que ni recorrer el mundo, ni los premios, ni los aplausos pudieron llenar. Y agregó:

“Les tengo que confesar que ya esos días terminaron. Alguien pudo llenar ese vacío que sentía por mucho tiempo… Reconozco y no me avergüenzo de decirle al mundo entero que Jesús vive en mí y que yo viviré para él”.

Esa confesión vino como fruto de la comprensión de lo que dice la Biblia en Mateo 16:26 (“Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma?”) y en Marcos 8:38 (“Porque cualquiera que se avergüence de Mí y de Mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre también se avergonzará de él”).

Esta confesión pública no vino de la noche a la mañana. Hace dos años el cantante y compositor Onell Diaz publicó un video en el cual se pueden ver a varios cantantes urbanos diciendo que se sentían incompletos o vacíos. Entre esos cantantes urbanos se encontraba Daddy Yankee, quien dijo: “Mi único temor sería no conocer completamente a Jesús. Porque soy hombre de fe y reconozco que en algún momento eso se tiene que dar”.

Oremos para que la vida de Ramón Ayala sea acorde a la confesión pública que hizo. Y que tal como él mismo dijo, que todo lo que Jesús le entregó sea ahora para Su reino. Amén.

¡CUIDADO! ¡PELIGRO!

Ahora, existe un peligro del cual me gustaría advertir; es un peligro que corren aquellos que quieren seguir los pasos de Daddy Yankee… pero todavía no. En otras palabras: es un peligro que corren aquellos que saben que necesitan a Jesús como suficiente Salvador y único Señor… “pero todavía no” –ellos dicen–. Ellos creen que ahora pueden seguir viviendo en el pecado, o lo que es lo mismo “vivir a su manera”, y después venir a Jesús. ¡Cuidado!

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El milagro visto por un ciego [II]

El milagro de la sanidad del ciego de nacimiento ilustra como Jesús es la luz de salvación para un mundo que está en la oscuridad del pecado.

Reflexionando en el diluvio.

Desde el pasado viernes 17 de noviembre (2023), la República Dominicana ha sido azotada por fuertes lluvias que han causado inundaciones en muchas partes del país. La directora de la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET) dijo que esta nación no había tenido tanta lluvia en tan corto período de tiempo.

Mientras escribo este artículo, el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) reporta:

  • 7,915 personas movilizadas a zonas seguras;
  • 1,583 viviendas afectadas;
  • 29 comunidades incomunicadas;
  • 21 personas muertas.

Lloro con aquellos que han perdido seres queridos. Le brindo mi mano de ayuda a aquellos que han perdido cosas materiales. Y reflexiono al comparar este “diluvio local” con el diluvio universal que se relata en los capítulos 7 y 8 del libro de Génesis.

EL DILUVIO UNIVERSAL

En Génesis 7 y 8 (o Génesis 6 al 9 en un contexto más amplio) se relata como Dios mandó un diluvio sobre toda la tierra para hacer desaparecer a todo ser viviente; excepto a Noé, su familia y los animales que habían entrado en un arca. El diluvio fue un juicio de Dios sobre la humanidad debido a sus muchos pecados.

LA BONDAD DE DIOS

Aun con lágrimas en nuestros ojos debido a todas las pérdidas que han dejado estas lluvias, podemos ver la bondad de Dios. ¿Cómo?

Primero, esto que muchos llaman “diluvio” no se compara al diluvio que se relata en Génesis: en Génesis, el diluvio fue universal, el disturbio atmosférico que afectó a República Dominicana no; en Génesis, las lluvias cayeron por cuarenta días y cuarenta noches, las lluvias que cayeron sobre República Dominicana no; los muertos que dejó el diluvio en Génesis fueron mucho, muchísimo más que los muertos que dejaron estas lluvias; en Génesis, las aguas subieron quince codos (aproximadamente 675 cm) por encima de todos los montes altos, en República Dominicana ha caído un poco más de 12 pulgadas de lluvia.

Por favor no me malinterpretes. No estoy diciendo que las más de 12 pulgadas de lluvias y los 21 muertos no son lamentables; lo que estoy diciendo es que pudo haber sido peor, pero que no lo fue debido a la bondad de Dios.

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