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Perfil de una persona ansiosa; ¿estás ansioso?
El año 2020 trajo consigo una serie de noticias que no son muy buenas; no tan sólo para un país en específico, sino para todo el mundo. Estamos tan sólo en el tercer mes del 2020 y ya hay muchas personas afanadas o ansiosas con respecto a este año. Y si tú todavía no estás afanado, créeme que pronto serás tentado a estarlo. Pero en Mateo 6, Jesús nos mandó tres veces lo siguiente: “¡no estén ansiosos” (vv. 25, 31, 34).
Las palabras de Jesús nos proveen tres señales de que alguien está ansioso pecaminosamente:
Estás ansioso pecaminosamente cuando te preocupas excesivamente y trabajas hasta la fatiga por aquellas cosas que están fuera de tu control: “¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida?” (v. 27). Por más que nos afanemos no podremos añadir una hora a nuestra vida. Eso está fuera de nuestro control y, por lo tanto, no está dentro del círculo de nuestra responsabilidad. Ahora, eso no quiere decir que no nos cuidemos –sí debemos alimentarnos bien, tomar medicinas e ir al médico–; pero al final atribuimos a Dios –y no a los medios que Él pueda usar– nuestros años de vida.
Hay dos relatos en el Antiguo Testamento que confirman eso: el primero se encuentra en 1 Reyes 22, en donde se relata la muerte del rey Acab a pesar de sus esfuerzos para no morir tal como Dios había establecido (v. 34). El segundo se encuentra en 2 Reyes 20, en donde Dios le añadió 15 años de vida al rey Ezequías (v. 6). Sigue leyendo Perfil de una persona ansiosa; ¿estás ansioso?
Müller: alimentó a 10,000 por la oración y la fe.
George Müller fue un pastor y misionero que nació en Alemania el 27 de septiembre de 1805 y murió en Inglaterra el 10 de marzo de 1898. Müller es mejor conocido por su trabajo con los huérfanos. Motivado por la situación de los huérfanos de Inglaterra en ese entonces (en 1834 había alojamiento para 3,600 niños) y con dolor por la incredulidad de muchos que profesaban ser creyentes, Müller construyó cinco grandes casas para huérfanos y cuidó a 10,024 huérfanos a lo largo de su vida.
Refiriéndose a las casas para los huérfanos, Müller dijo: “Necesitaba ser algo que pudiera ser visto incluso por el ojo natural. Si yo, un hombre pobre, simplemente por la oración y la fe, obtenía, sin pedirle a ningún individuo, los recursos para establecer y llevar adelante una Casa de Huérfanos; eso sería algo que, con la bendición de Dios, podría ser un medio para fortalecer la fe de los hijos de Dios además de ser un testimonio a la conciencia de las inconversos, de la realidad de las cosas de Dios. Esta, entonces, fue la razón principal de crear una Casa de Huérfanos… que Dios sea magnificado por el hecho de que los huérfanos bajo mi cuidado son provistos con todo lo que necesitan tan solo por medio de la oración y la fe, sin yo ni mis colaboradores pedirle a nadie, y así se pueda ver que Dios es TODAVÍA FIEL y TODAVÍA ESCUCHA LAS ORACIONES” (Mueller, Narrative). Sigue leyendo Müller: alimentó a 10,000 por la oración y la fe.
El hombre que no quiso ser rico ni pobre.
En Proverbios 30:7-9 encontramos la única oración de petición en este libro. En esta oración, Agur pide dos cosas; y la segunda cosa que él pide es: “no me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan” (v. 8). Hacer oraciones como ésta no es muy común hoy en día. A pesar de la mucha sabiduría que contiene esta oración, no recuerdo la última vez que escuché a alguien orar así. He escuchado a personas pedirle a Dios que no les de pobreza, pero no recuerdo haber escuchado a alguien pedirle a Dios que no le de pobreza para no pecar contra Él. Y no recuerdo que alguien le pidiera a Dios que no le diera riqueza –al contrario, las personas siempre quieren más–.
Pero Agur no quería pobreza ni riqueza, él quería comer su porción de pan. En otras palabras: Agur no quería tener menos de lo que necesitaba ni más de lo que necesitaba, él quería tener lo necesario para cada día. Y la razón por la cual Agur oró de esa manera fue porque él conocía el peligro de la pobreza y la riqueza.
¿Por qué Agur no quería riqueza? La respuesta es: “no sea que me sacie y te niegue, y diga: ¿Quién es el Señor?” (v. 9). Aquellos que tienen riqueza, más de lo que necesitan, están expuestos a no depender de Dios. Aquellos que tienen más de lo que necesitan están expuestos a creer que no necesitan de Dios y olvidarse de Él. Agur pidió a Dios que no le dejara caer en esa tentación.
¿Por qué Agur no quería pobreza? La respuesta: “o sea que menesteroso y robe, y profane el nombre de mi Dios” (v. 9). Aquellos que tienen pobreza, menos de lo que necesitan, están expuestos a no confiar en Dios. Aquellos que tienen menos de lo que necesitan están expuestos a creer que Dios los a abandonado y que ellos deben lidiar con su situación por ellos mismos. Agur pidió a Dios que no le dejara caer en esa tentación.
Pero tener lo que necesitamos cada día nos mantiene sintiendo nuestra dependencia y confiando en Él. Por lo tanto, es sabio para nosotros orar junto a Agur: “no me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan”.
Una oración así Dios se complace en conceder. La Biblia parece decirnos que Dios ha planeado sustentar a la mayoría de Su pueblo con lo que éste necesita diariamente: Dios dio maná para que Su pueblo recogiera diariamente la porción de un día; y no le sobró al que había recogido mucho ni le faltó al que había recogido poco (Éxodo 16). Y Jesús enseñó a Sus discípulos a orar: “Danos hoy el pan nuestro de cada día” (Mateo 6:11).