Warren sobre «Las sobras de comida».

En estas sobras de comida, estoy rodeada de una abundancia casi inimaginable. Aquí, en mi mesa, hay un símbolo humeante de mi asombroso privilegio: tanta sopa de tacos que no pudimos comerla toda y pudimos conservarla durante días porque, a través de un proceso que ni siquiera puedo comprender, los humanos descubrieron la electricidad y descubrieron que el gas de tetrafluoroetano comprimido que pasa a través de bobinas puede mantener los alimentos a la temperatura adecuada para su máxima conservación.

Esta abundancia, la gran cantidad y variedad de alimentos y la capacidad de conservarlos durante días, asombrarían a gran parte del mundo y a la mayoría de las personas a lo largo de la historia. Pero he sido embotada a las maravillas delante de mí. Doy por sentado este alimento.

Este hábito de orar por la comida me entrena en un modo de estar-en-el-mundo. Me recuerda que mi experiencia personal no es lo que determina si algo es o no una gracia y una maravilla, y que algunos de los regalos más asombrosos son los que más fácilmente se pasan por alto. Estas comidas olvidadas me moldean y me forman.

[…]

Hay toda una industria a la que le gustaría que yo creyera que esta sopa de tacos es solo una sopa, simplemente una mercancía, un producto para ser consumido, sin nada que decir sobre la moralidad o lo que significa ser humano. Comer de esta manera me hace olvidar de dónde viene mi comida, ignorar su conexión con la tierra y con las personas que la cultivaron y cosecharon. Los sacrificios que representa esta sopa -tanto de personas como de animales- son invisibles para mí.

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Salmo 103 – Gilberto Daza

LETRAS

Alma mía dale gracias
Sus bondades no olvides jamás
Es tu Dios quien te perdona
De tus faltas no se acuerda ya

Él cura tu enfermedad
Y si hay dolor también lo sana
Y si al hueco fuiste a dar
Su fidelidad te rescata

[CORO]
Mi gratitud hoy canta
Qué bueno es Dios, qué bueno es Dios
No olvidaré su gracia
Que me alcanzó, que me rodeó

Alma mía dale gracias
Sus bondades no olvides jamás
De su amor Él te corona
Te ha mostrado su gran compasión

Al ver tu debilidad, difícil será
Que llegue a enojarse
Te rejuvenecerá y como el águila
Conquistarás nuevos aires

Las buenas obras en la vida cristiana.

La carta a los Efesios fue escrita desde una prisión en Roma por el apóstol Pablo, en algún momento entre el 60–62 d. C. Efesios es una carta de aliento y amonestación, escrita para recordarles a ellos y a nosotros, las invaluables bendiciones en Jesucristo.

En el capítulo 2, vemos lo que Dios en Su misericordia hizo por nosotros, y todo por Gracia, por medio de La Fe. Pero casi inmediatamente, se levanta la pregunta: ¿Qué Lugar ocupan las buenas obras en la vida cristiana? Efesios 2:10 (RVR1960) contesta:

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.

SU IMPORTANCIA

No somos salvos por, sino creados para, buenas obras. Y según nuestra confesión de fe hay al menos 8 razones por las cuales nuestras obras son muy importantes para Dios:

  1. Porque son los frutos y evidencias de una fe verdadera y viva (Stg. 2:18-26; Gá. 5:6);
  2. Porque por ellas los creyentes manifiestan su gratitud (Sal. 116:12-14; 1 P. 2:9,12; Lc. 7:36-50 con Mt. 26:6-11);
  3. Porque fortalecen su seguridad (1 Jn. 2:3-5; 3:18,19; 2 P. 1:5-11);
  4. Porque edifican a sus hermanos (2 Co. 9:1-2; Mt. 5:16);
  5. Porque adornan la profesión del evangelio (Mt. 5:16; Tit. 2:2-12; 1 Ti. 6:1; 1 P. 2:12);
  6. Porque tapan la boca de los adversarios (1 P. 2:12,15; Tit. 2:5; 1 Ti. 6:1-2);
  7. Porque glorifican a Dios, cuya hechura son, creados en Cristo Jesús para ello (Ef. 2:10; Fil. 1:11; 1 Ti. 6:1; 1 P. 2:12; Mt. 5:16);
  8. Para que teniendo por fruto la santificación, tengan como fin la vida eterna (Ro. 6:22; Mt. 7:13,14,21-23).
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