El evangelio es la buena noticia de salvación para el pecador que tiene fe y se arrepiente, salvación gracias a que Jesucristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó al tercer día.
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La resurrección de Jesús: qué tiene que ver conmigo.
La resurrección de Jesucristo no es algo que si cierta, bien; si no, bien también. ¡No! Si Jesucristo ha resucitado –¡y sí ha resucitado!–, entonces eso tiene importantes implicaciones para todos nosotros.
PARA LOS CRISTIANOS
El apóstol Pablo (inspirado por Dios) dijo en 1 Corintios 15:13-19 que si Jesucristo no ha resucitado, nuestra predicación [de Él] y nuestra fe [en Él] es en vano (v. 14), todos aquellos que testifican que Dios resucitó a Jesucristo son testigos falsos (v. 15), todavía estamos en nuestros pecado (v. 17), todos los que han muerto en Él serán aniquilados (v. 18) y todos los que esperan en Él son los más dignos de lástima (v. 19). Por eso B. W. Johnson dijo: “Sin la resurrección, el sepulcro de Cristo sería la tumba de todas nuestras esperanzas”.
Pero Jesucristo ha resucitado de entre los muertos (1 Co. 15:20). La Palabra de Dios así lo declara y la historia lo confirma. Por lo tanto, nuestra predicación [de Él] y nuestra fe [en Él] no es en vano, todos aquellos que testifican que Dios resucitó a Jesucristo son testigos verdaderos, hemos sido salvados de nuestros pecado, todos los que han muerto en Él resucitarán y todos los que esperan en Él tienen razón para gozarse mucho. En la resurrección Dios declaró que aceptó la obra de Jesucristo a nuestro favor: “el cual fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación” (Ro. 4:25; véase también Hch. 5:30, 31). ¡Aleluya!
PARA LOS NO-CRISTIANOS
Ya hemos visto qué tiene que ver para los cristianos la resurrección de Jesucristo, pero ¿tiene algo que ver o tiene alguna importante implicación para los no-cristianos? Sí, porque en la resurrección se declaró que Jesucristo es todo lo que Él ha profesado ser: “y que fue declarado Hijo de Dios con poder, conforme al Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos: nuestro Señor Jesucristo” (Ro. 1:4). En la resurrección Dios estaba declarando que Jesucristo, tal como Él había profesado, es: el Mesías prometido (Jn. 4:26); quien da vida eterna a todos los que creen en Él (Jn. 6:35, 51); el único en quien hay salvación (Jn. 10:9; 14:6); la verdad (Jn. 14:6). Negarse a ir a Él es tanto un gran pecado como una gran necedad ya que rechazas a quien Dios ha elegido para dar salvación, vida eterna.
No mueras en y por tu pecado, no sufras la condenación eterna en el infierno, ve hoy, con arrepentimiento sincero y fe bíblica, al resucitado Señor Jesucristo y serás salvado. ¡Amén!
No se entristezcan como los que no tienen esperanza.
La muerte es algo que cada uno de nosotros experimentará a menos que Dios quiera otra cosa. Y una pregunta importante que debemos hacernos es cómo han de responder los cristianos ante la muerte de otros cristianos que ellos amaban (parientes o amigos). Podemos encontrar una respuesta a esta pregunta en 1 Tesalonisenses 4:13-18.
Antes de continuar es importante hacer algunas observaciones. Primero, cuando este pasaje nos habla acerca de “los que duermen” se está refiriendo a los que han muerto. Nótese que «los que durmieron en Jesús» (v. 14) es sinónimo a «los muertos en Cristo» (v. 16). Segundo, este pasaje bíblico, y en consecuencia este artículo, está dirigido a cristianos (“hermanos”, 1 Ts. 4:13), cuyos seres queridos ya muertos fueron cristianos (“los muertos en Cristo”, 1 Ts. 4:16).
El versículo 13 comienza de la siguiente manera: “Pero no queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como lo hacen los demás que no tienen esperanza”. Nótese que Dios no está condenando la tristeza que viene por la muerte de un ser querido, ni está mandando a que se suprima ésta. La muerte de un ser querido ciertamente es triste. Entristecerse ante la muerte de un ser querido no es necesariamente pecado (véanse, por ejemplo, a Jesús en Juan 11:35 y a los hombres piadosos de Hechos 8:2). Lo que Dios sí quiere de nosotros es que aunque estemos tristes, no nos entristezcamos como «los demás que no tienen esperanza». Se entiende que un no-cristiano se entristezca de una manera excesiva –¡él no tiene esta esperanza!–, pero no así de un cristiano –quien tiene esta esperanza–. La ignorancia de esta esperanza hará que nos entristezcamos como los que no tienen esperanza (v. 13), pero el conocer y abrazar esta esperanza nos dará consuelo (v. 18).
La pregunta a responder ahora es: ¿En qué consiste esta esperanza que tenemos? Esta esperanza consiste en que Jesucristo vendrá por segunda vez; los muertos en Cristo resucitarán para vida eterna con cuerpos glorificados; a los que estén vivos se les darán cuerpos glorificados; y todos juntos estarán para siempre glorificando y gozando de la presencia del Señor. Todo eso se resume en la siguiente línea: “estaremos con el Señor siempre” (v. 17).
Así que, volveremos ver a nuestros seres queridos que han muerto en Cristo. Pero sobre todo, estaremos por siempre con Jesucristo, quien nos amó primero y «murió por nosotros, para que ya sea que estemos despiertos o dormidos, vivamos juntamente con El» (1 Ts. 5:10). Matthew Henry lo dijo de la siguiente manera: “Será una parte de su felicidad que todos los santos se reunirán y permanecerán juntos por siempre; pero la principal felicidad del cielo es eta: estar con el Señor, verle, vivir con él y gozar de Él por siempre”. Nos reuniremos con las personas que amamos, que por causa de la muerte ya no están con nosotros; y estaremos reunidos por toda la eternidad alrededor de Aquel que más amamos.
«Confortaos unos a otros con estas palabras». Comparte este artículo con otros cristianos, especialmente con aquellos cuyos seres queridos ya han muerto.
Respuestas a teorías de la resurrección.
T: LAS AUTORIDADES (ROMANAS O JUDÍAS) TOMARON EL CUERPO DE JESÚS
R: Si las autoridades hubieran tomado el cuerpo de Jesús, éstas no hubieran acusado a los discípulos de haber robado el cuerpo (respuesta a esta última teoría en “La resurrección de Jesús”). Además, si las autoridades tomaron el cuerpo de Jesús, ¿por qué no lo mostraron públicamente cuando los apóstoles predicaban «en Jesús la resurrección de entre los muertos»? Ciertamente eso hubiera sido un golpe contundente a tal enseñanza. Sin embargo, no lo hicieron. Lo que sí hicieron fue encarcelarlos y prohibirles hablar y enseñar en el nombre de Jesús (Hch. 4:2,18). Así que, las autoridades no tomaron el cuerpo de Jesús.
T: TODOS FUERON A LA TUMBA EQUIVOCADA
R: ¿En serio? ¿Todos se equivocaron al ir a la tumba equivocada? ¿María Magdalena y la otra María fueron a la tumba equivocada después de haber estado sentadas –en horas anteriores– frente a ésta (Mt. 27:61)? ¿Pedro y Juan, quienes fueron más tarde, también se equivocaron de tumba? ¿Por qué las autoridades, quienes habían enviado una guardia para asegurar el sepulcro, no corrigieron esa equivocación de los discípulos al mostrar la tumba “correcta”? ¿Se equivocaron también las autoridades? A menos de 72 horas de la sepultura de Jesús todos no pudieron haberse equivocado de tumba. Continuar leyendo Respuestas a teorías de la resurrección.