«Jesús no es el premio de consolación con el que te conformas cuando no consigues lo que quieres. Él es el premio que abrazas como más grande que todas las demás bendiciones» (Misael Susaña).
«El descuido de la lectura de la Biblia, de la oración privada y de la asistencia a los servicios de adoración es la antesala de la apostasía» (Misael Susaña).