La Biblia nos asegura que cada uno de aquellos creyentes en Jesucristo que han sido justificados por Dios serán también glorificados (Ro. 8:29ss). Dicho de otra manera: todo creyente verdadero que ha sido tratado y visto como justo, en Jesucristo, por Dios será también hecho corporal y moralmente perfecto, tal como Jesucristo lo es.
Pero también la Biblia nos enseña que esta perfección no será experimentada por el creyente hasta la segunda venida de Jesucristo, quien en ese día nos presentará «sin mancha delante de su gloria con gran alegría» (Jud. 24).
Si eso es así –¡y lo es!, ¿por qué deberíamos esforzarnos en ser más santos si no podemos ser perfectos aquí y ahora? Aquí doy dos razones por las cuales deberíamos esforzarnos en ser más santos aquí y ahora, ambas partiendo de 1 Timoteo 4:15 que dice:
“Reflexiona sobre estas cosas; dedícate a ellas, para que tu aprovechamiento sea evidente a todos”.
Aunque este es Pablo (inspirado por Dios) hablándole al joven pastor Timoteo, los mismos principios se aplican a todo creyente.
PORQUE DIOS LO MANDA
Nótese el imperativo en el versículo: “Presta suma atención a estos asuntos. Entrégate de lleno a tus tareas” (NTV); “Sé diligente en estos asuntos; entrégate de lleno a ellos” (NVI); “Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas” (RVR1960). ¿Cuáles son las cosas en las que se llama a reflexionar y a dedicarse? Por el contexto sabemos que éstas incluyen ser ejemplo en palabra, conducta, amor, fe y pureza (v. 12). Continuar leyendo ¿Por qué esforzarme si no puedo ser perfecto?