Los 10 artículos más leídos en el 2024.

10. ¿Estoy obligado a ir a la iglesia? La Biblia no sólo nos invita a reunirnos como iglesia a través del ejemplo de Jesús y la iglesia primitiva; la Biblia nos manda explícitamente a reunirnos como iglesia. En Hebreos 10:25 se nos dice: “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre”. Leer aquí.

9. Reflexiones en Salmos 73. ¿Por qué sufren los justos mientras que a los otros aparentemente no les pasa nada? Tenemos que ver todo a la luz de la eternidad y el destino final de los impíos. Leer aquí.

8. Deberes de la iglesia para con sus pastores. La Biblia nos dice cuáles son los deberes de la iglesia para con sus pastores: Sostén económico (Mateo 10:10); Oración (Romanos 15:30); Estima (1 Tesalonicenses 5:12, 13); Imitación (Hebreos 13:7); Obediencia (Hebreos 13:17). Leer aquí.

7. La mancha que es emblanquecida. “Venid ahora, y razonemos —dice el SEÑOR— aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán” (Isaías 1:18). Nótese que es Dios mismo quien empieza llamándonos a acercarnos a Él para recibir el perdón de nuestros pecados y lleva el ejemplo utilizado de un extremo a otro, del rojo muy intenso al blanco más puro. Dios dice que después de limpiar los pecados, no habrá mancha en lo absoluto, el pecado será limpiado hasta que no quede rastro alguno (Jer. 50:20). Leer aquí.

6. Deberes de los pastores para con su iglesia. En el artículo anterior, vimos los deberes de la iglesia para con sus pastores. En este artículo vamos a ver, según la Biblia, cuáles son los deberes de los pastores para con su iglesia: Oración (Hechos 6:4); Visita (Hechos 20:20, 31); Predicación y enseñanza (1 Timoteo 5:17); Pastoreo (1 Pedro 5:2); Modelo (1 Pedro 5:3). Leer aquí.

Continuar leyendo Los 10 artículos más leídos en el 2024.

El hombre que no quiso ser rico ni pobre.

En Proverbios 30:7-9 encontramos la única oración de petición en este libro. En esta oración, Agur pide dos cosas; y la segunda cosa que él pide es: “no me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan” (v. 8). Hacer oraciones como ésta no es muy común hoy en día. A pesar de la mucha sabiduría que contiene esta oración, no recuerdo la última vez que escuché a alguien orar así. He escuchado a personas pedirle a Dios que no les de pobreza, pero no recuerdo haber escuchado a alguien pedirle a Dios que no le de pobreza para no pecar contra Él. Y no recuerdo que alguien le pidiera a Dios que no le diera riqueza –al contrario, las personas siempre quieren más–.

Pero Agur no quería pobreza ni riqueza, él quería comer su porción de pan. En otras palabras: Agur no quería tener menos de lo que necesitaba ni más de lo que necesitaba, él quería tener lo necesario para cada día. Y la razón por la cual Agur oró de esa manera fue porque él conocía el peligro de la pobreza y la riqueza.

¿Por qué Agur no quería riqueza? La respuesta es: “no sea que me sacie y te niegue, y diga: ¿Quién es el Señor?” (v. 9). Aquellos que tienen riqueza, más de lo que necesitan, están expuestos a no depender de Dios. Aquellos que tienen más de lo que necesitan están expuestos a creer que no necesitan de Dios y olvidarse de Él. Agur pidió a Dios que no le dejara caer en esa tentación.

¿Por qué Agur no quería pobreza? La respuesta: “o sea que menesteroso y robe, y profane el nombre de mi Dios” (v. 9). Aquellos que tienen pobreza, menos de lo que necesitan, están expuestos a no confiar en Dios. Aquellos que tienen menos de lo que necesitan están expuestos a creer que Dios los a abandonado y que ellos deben lidiar con su situación por ellos mismos. Agur pidió a Dios que no le dejara caer en esa tentación.

Pero tener lo que necesitamos cada día nos mantiene sintiendo nuestra dependencia y confiando en Él. Por lo tanto, es sabio para nosotros orar junto a Agur: “no me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan”.

Una oración así Dios se complace en conceder. La Biblia parece decirnos que Dios ha planeado sustentar a la mayoría de Su pueblo con lo que éste necesita diariamente: Dios dio maná para que Su pueblo recogiera diariamente la porción de un día; y no le sobró al que había recogido mucho ni le faltó al que había recogido poco (Éxodo 16). Y Jesús enseñó a Sus discípulos a orar: “Danos hoy el pan nuestro de cada día” (Mateo 6:11).

Pobres en extremo, ricos en generosidad.

Misael Susaña comparte cuál es la condición del corazón y la manera apropiada de ofrendar a Dios o dar a nuestros hermanos en necesidad, al considerar el ejemplo de las iglesias de Macedonia y el ejemplo supremo de Jesucristo.

► ESCUCHAR | ▼ DESCARGAR

¿Qué dice la Biblia sobre el dinero y las posesiones?

  • Absolutamente todo es de Dios (Salmos 24:1; Hageo 2:8).
  • Dios controla todo, incluso la economía de una nación (2 Reyes 6:33ss; Santiago 4:13-16).
  • Dios se ha comprometido a suplir todas las necesidades de los Suyos y puede hacerlo aun sin nuestro dinero (Salmos 23:1; Mateo 6:25-34).
  • Dios es quien da los medios (fuerzas) por los cuales conseguimos el dinero, el dinero mismo y la capacidad de disfrutarlo (Deuteronomio 8:18; Eclesiastés 5:19).
  • Dios ha establecido que el trabajo diligente y honesto es el medio por el cual conseguimos el dinero y las posesiones. Ahora, y no es menos cierto que, Dios advierte a quienes buscan hacerse ricos (Proverbios 10:4; 1 Timoteo 6:10).
  • Debemos cuidarnos de la avaricia, Dios nos llama a estar contentos con lo que ya tenemos (1 Timoteo 6:8; Hebreos 13:5).
  • Dios espera que paguemos a tiempo a quienes le debemos dinero (Deuteronomio 24:14, 15; Romanos 13:7, 8).
  • Dios ve bien el ahorrar y el gastar sabiamente el dinero (Proverbios 6:6-8; 21:21).
  • Si ponemos al dinero en el centro de nuestra vida no seremos satisfechos y se multiplicaran nuestros dolores. Sin embargo, con Dios en el centro de nuestra vida sí seremos satisfechos totalmente y en Su soberanía Él puede prosperarnos (Proverbios 11:28; Eclesiastés 5:10, 11).
  • Dios nos invita a acumular tesoros en el cielo, donde los tesoros son mejores (Mateo 6:19; Hebreos 10:34-36).
  • Dios espera que compartamos con los pobres, principalmente con aquellos que están en la familia de la fe (Romanos 12:13; 1 Corintios 16:1, 2).
  • Hay una conexión entre lo que damos o dejamos de dar y lo que Dios nos da o no nos da (Proverbios 19:17; 2 Corintios 9:6).
  • Más que cuánto ofrendamos, Dios está interesado en cómo ofrendamos –con fe, alegremente, regularmente y proporcionalmente– (1 Corintios 16:2; 2 Corintios 9:7).
  • Tanto la riqueza como la pobreza vienen de Dios. Riqueza no es necesariamente sinónimo de tener el favor de Dios y pobreza no es necesariamente sinónimo de no tener el favor de Dios (1 Samuel 2:7; Santiago 5:1-6).
  • Son pocos los ricos que confían en Dios, la mayoría confían en sus riquezas (Salmos 49:6; Marcos 10:23-27).
  • Nuestra alma, en un buen estado delante de Dios por Jesucristo, es nuestra más valiosa posesión (Mateo 16:26).

Este artículo no pretende ser un estudio detallado sobre el tema. Para una lista más extensas de versículos sobre este tema vea el libro Todo lo que la Biblia dice sobre el dinero.