¿Estoy obligado a ir a la iglesia?

Hace un año, mientras enseñaba a un grupo de estudiantes de la secundaria, alguien me preguntó que si era un pecado no ir a la iglesia. Algunos respondieron que sí, otros respondieron que no. Parte de mi respuesta fue recordarles que pecado es no hacer lo que la Palabra de Dios manda o hacer lo que la ésta prohíbe. Al final de día, lo que la Biblia dice importa más que las opiniones que tenemos.

Un par de semanas atrás, me topé en las redes sociales con un comentario que decía que en ningún lugar de la Biblia se nos manda a ir a la iglesia. ¿Es eso cierto? Eso es lo que quiero que consideremos en este breve artículo. Pero antes…

LA IGLESIA NO ES UN EDIFICIO

Muchos (tanto cristianos como no-cristianos) hablar de “ir a la iglesia” como si la iglesia fuera un lugar. Pero para Dios, tal como lo vemos en el Nuevo Testamento, la iglesia no es un edificio; la iglesia es el grupo de cristianos reunidos en el nombre de Jesús.

Así que, la iglesia no es un edificio, la iglesia local se reúne en un edificio. Dicho de otra manera: nosotros no vamos a la iglesia, nosotros (los cristianos) vamos a reunirnos como iglesia en un lugar.

Una vez hecha esa aclaración, volvamos a la pregunta principal: ¿Nos manda la Biblia a reunirnos como iglesia? Digo que esa es la pregunta principal, porque si ésta lo manda, entonces sí estamos obligados. Y si no lo hacemos, entonces estamos pecando.

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#1. Hace que los santos [cristianos] recuerden sus pecados más que a su Salvador, sí, incluso hasta olvidar y descuidar a su Salvador.

Como remedio, considera:

  • Aunque Jesucristo no ha librado a los creyentes de la presencia del pecado, Él los ha librado de su poder condenatorio.
  • Aunque Jesucristo no ha librado a los creyentes del irritante y molesto del pecado, los ha librado del reino y dominio del pecado.
  • Es necesario poner un ojo en la promesa de la remisión de los pecados, y el otro ojo en las operaciones internas del pecado.
  • Los pecados de los creyentes han sido cargados a la cuenta de Cristo como deudas que Él ha satisfecho plenamente.
  • El Señor tiene buenas razones para permitir que su pueblo se turbe con la corrupción pecaminosa.
  • Los creyentes deben arrepentirse de estar desalentados por sus pecados.

#2. Hace que los santos hagan definiciones falsas de sus gracias.

Como remedio, considera:

  • Puede haber verdadera fe, incluso una gran fe, donde no hay seguridad.
  • Las Escrituras definen la fe de otra manera a la que Satanás tienta a los santos a definirla.
  • Puede haber verdadera fe donde hay mucha duda.
  • La seguridad es un efecto de la fe, no la fe misma.

#3. Hace que los santos hagan inferencias falsas a partir de las acciones dolorosas de la Providencia.

Como remedio, considera:

  • Muchas cosas, aunque contrarias a nuestros deseos, no son contrarias a nuestro bien.
  • La mano de Dios puede estar en contra de un hombre cuando Su amor y Su corazón están puestos sobre él.
  • Las providencias dolorosas son enviadas por Dios para obrar algún bien noble para los santos.
  • Todas las providencias extrañas y profundas con las que se encuentran los creyentes los adelantan en su camino al cielo.
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#1. Presenta la carnada y esconde el gancho.

Como remedio, considera:

  • Mantenerte a la mayor distancia posible del pecado y de jugar con la carnada.
  • El pecado no es más que un dulce amargo.
  • El pecado traerá las pérdidas más grandes y más tristes.
  • El pecado es muy engañoso y hechizante.

#2. Pinta el pecado con los colores de la virtud.

Como remedio, considera:

  • El pecado no es menos vil por estar pintado atractivamente.
  • Cuanto más se pinta el pecado, más peligroso es.
  • Mirar al pecado tal como lo veremos dentro de unas pocas horas.
  • El pecado costó la sangre del Señor Jesús.

#3. Atenúa y disminuye el pecado.

Como remedio, considera:

  • El pecado que los hombres consideran pequeño trae la gran ira de Dios sobre ellos.
  • El ceder a un pecado menor da paso a cometer un pecado mayor.
  • Es triste alejarse de Dios por un pecado pequeño.
  • A menudo hay más peligro en los pecados más pequeños.
  • Los santos han escogido sufrir mucho antes que cometer pecados pequeños.
  • El alma nunca puede soportar la culpa y el peso del pecado cuando Dios muestra cuán poderoso es el pecado más pequeño.
  • Hay más mal en el menor pecado que en la mayor aflicción.
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¿Estás siendo sal de la tierra?

Muchas veces nos sorprendemos por lo mal que está este mundo. Y al decir “mundo” me refiero a las personas sin Dios que viven en este mundo. Y nos asombramos de que éste vaya de mal en peor: hoy se legalizan pecados que en otro tiempo eran penalizados; los pecados que antes eran escandalosos, hoy son celebrados abiertamente.

Pero esas cosas no deberían sorprendernos, al menos no mucho. Porque según la Palabra de Dios, las personas de este mundo están muertas en sus delitos y pecados; eso quiere decir, que si son dejados a ellos mismos, todo lo que pensarán, desearán y harán serán cosas malas. No podemos esperar que ellos actúen de otra manera por ellos mismos.

Lo que sí debería sorprendernos es que aquellos que han sido elegidos por Dios Padre para ser santos, salvados por Jesucristo del pecado y que están siendo santificados por el Espíritu Santo estén en un punto medio o se conformen a forma de pensar de las personas sin Dios que viven en este mundo. Eso sí deberá sorprendernos mucho.

LA SAL

En el contexto del sermón del monte, Jesús dirigió la siguiente enseñanza a Sus discípulos que se habían acercado a Él para escucharlo:

“Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres” (Mateo 5:13).

Aunque no todos podemos definir científicamente qué es la sal, sí podemos identificarla: la sal es una sustancia blanca y cristalina, de sabor acre y que se disuelve fácilmente en el agua. ¿Para qué sirve la sal? La sal sirve como condimento, para sazonar o dar sabor a la comida (Job 6:6). Pero también sirve para preservar los alimentos (principalmente las carnes) de corromperse con bacterias. Es por eso que le echan sal al bacalao, para conservarlo por meses.

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