Nรบรฑez sobre โ€œnuestros sacrificios y el sacrificio de Cristoโ€.

En la actualidad, los cristianos no ofrecemos sacrificios en templos como en el Antiguo Testamento. Sin embargo, se nos instruye a presentar nuestros cuerpos โ€œcomo sacrificio vivo y santo, aceptable a Diosโ€ (Ro 12:1). Tampoco tenemos sacerdotes intercediendo ante Dios por el pueblo, pues Dios ha hecho a todos los creyentes sacerdotes de Su reino (1 P 2:9). Asรญ, el sacrificio que ofrecemos al Seรฑor no consiste en un cordero sin mancha, sino nuestras vidas postradas en adoraciรณn. Somos sacerdotes y sacrificio al mismo tiempo. Por ello, cuando no dedicamos a Dios lo mejor de nuestro tiempo, es el equivalente a ofrecer un cordero ciego ante Su altar. Al no poner lo mejor de nuestros dones y talentos al servicio de Dios, eso es como ofrecer un cordero cojo al Seรฑor. Igualmente, cuando estamos dispuestos a sacrificar nuestras vidas a favor de nuestro trabajo secular, pero no a favor de nuestro Dios y ni siquiera a favor de nuestro cรณnyuge e hijos, eso es equivalente a presentar un cordero enfermo en la mesa del Seรฑor.

La iglesia de Cristo es un sacerdocio real y la vida de cada creyente es el sacrificio que diariamente es ofrecido a nuestro Dios. Por ello, menospreciamos el nombre de nuestro Seรฑor cuando decimos que Dios es nuestra prioridad, pero nuestras acciones no lo demuestran. Deshonramos a Dios cuando cantamos que Dios es todopoderoso, pero un simple virus nos amedrenta; cuando proclamamos que Dios es santo, pero no vivimos en santidad, ni siquiera durante una pandemia. Tambiรฉn deshonramos a Dios cuando cantamos sobre Su fidelidad, pero dudamos de Su amor y gracia al ver que las cosas no marchan segรบn nuestras expectativas. Menoscabamos a Dios cuando cantamos que ร‰l merece toda la gloria, pero le damos las โ€œsobrasโ€ de nuestro tiempo y vida. O cuando con nuestra boca decimos que ร‰l es nuestro primer amor, pero nuestra conducta revela que tenemos mรบltiples amantes a quienes hemos dado el lugar que solo le pertenece a Dios.

De igual modo, si decimos que nuestro Dios lo merece todo, pero luego medimos meticulosamente el tiempo, esfuerzo y ofrenda que la damos, buscando el mรญnimo necesario para obtener su aprobaciรณn, es. tamos nuevamente menospreciando el valor de nuestro Dios. Lo triste de todo es que, si somos honestos, tendrรญamos que admitir que frecuentemente hemos sido reticentes en nuestras vidas de adoraciรณn al no ofrecerle lo mejor, ni hacerlo de la manera mรกs adecuada. Sin embargo, recordemos que โ€œDios siempre evalรบa al adorador antes de considerar su ofrendaโ€. Asรญ lo hizo con Caรญn y Abel; por eso rechazรณ la ofrenda de Caรญn, pero recibiรณ con agrado la de Abel.

[โ€ฆ]

Despuรฉs de tantas malas nuevas que hemos leรญdo a travรฉs de los profetas del Antiguo Testamento (refiriรฉndonos a Jeremรญas, Oseas, Habacuc y Malaquรญas), el propio Malaquรญas comienza a mostrarnos un rayo de esperanza: la venida de un mensajero que serรญa la soluciรณn a todos los problemas de la humanidad. Un mensajero fiel a la ley de Dios, a Sus propรณsitos y a Su palabra. Este mensajero ya vino y dio Su vida en la cruz. Allรญ, estuvo dispuesto a ser visto como pecador, siendo justo, para que nosotros, siendo pecadores, pudiรฉramos ser vistos como justos, tan rectos como si hubiรฉramos cumplido รญntegramente la ley de Dios y asรญ convertirnos en coherederos con el Hijo รบnico de Dios.

Con Cristo, el mensajero, nuestra realidad se transforma. Sufriรณ lo indecible para que disfrutรกramos lo inimaginable. Cristo descendiรณ hasta lo mรกs profundo โ€“que podrรญa ser descrito como el infiernoโ€“ para que pudiรฉramos ascender a la gloria. Cristo cambiรณ nuestro pecado por Su santidad; intercambiรณ Su juicio por nuestra libertad; tomรณ nuestra vergรผenza y nos dio Su honra. En la cruz, el mรกs hermoso de los hijos de los hombres fue convertido en lo mรกs repudiable entre nosotros. Cristo, el รบnico que ha recibido la aprobaciรณn del Padre, en la cruz fue tratado como desechado para que nosotros, los desechados y reprobados, pudiรฉramos ser recibidos por Dios.


Este artรญculo es un extracto tomado de: Miguel Nรบรฑez. Volveos a mรญ (Estados Unidos de Amรฉrica: Editorial Vida, 2024), pp. 87-88, 125-126.

Los 10 artรญculos mรกs leรญdos en el 2024.

10. ยฟEstoy obligado a ir a la iglesia? La Biblia no sรณlo nos invita a reunirnos como iglesia a travรฉs del ejemplo de Jesรบs y la iglesia primitiva; la Biblia nos manda explรญcitamente a reunirnos como iglesia. En Hebreos 10:25 se nos dice: โ€œno dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbreโ€. Leer aquรญ.

9. Reflexiones en Salmos 73. ยฟPor quรฉ sufren los justos mientras que a los otros aparentemente no les pasa nada? Tenemos que ver todo a la luz de la eternidad y el destino final de los impรญos. Leer aquรญ.

8. Deberes de la iglesia para con sus pastores. La Biblia nos dice cuรกles son los deberes de la iglesia para con sus pastores: Sostรฉn econรณmico (Mateo 10:10); Oraciรณn (Romanos 15:30); Estima (1 Tesalonicenses 5:12, 13); Imitaciรณn (Hebreos 13:7); Obediencia (Hebreos 13:17). Leer aquรญ.

7. La mancha que es emblanquecida. โ€œVenid ahora, y razonemos โ€”dice el SEร‘ORโ€” aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serรกn emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesรญ, como blanca lana quedarรกnโ€ (Isaรญas 1:18). Nรณtese que es Dios mismo quien empieza llamรกndonos a acercarnos a ร‰l para recibir el perdรณn de nuestros pecados y lleva el ejemplo utilizado de un extremo a otro, del rojo muy intenso al blanco mรกs puro. Dios dice que despuรฉs de limpiar los pecados, no habrรก mancha en lo absoluto, el pecado serรก limpiado hasta que no quede rastro alguno (Jer. 50:20). Leer aquรญ.

6. Deberes de los pastores para con su iglesia. En el artรญculo anterior, vimos los deberes de la iglesia para con sus pastores. En este artรญculo vamos a ver, segรบn la Biblia, cuรกles son los deberes de los pastores para con su iglesia: Oraciรณn (Hechos 6:4); Visita (Hechos 20:20, 31); Predicaciรณn y enseรฑanza (1 Timoteo 5:17); Pastoreo (1 Pedro 5:2); Modelo (1 Pedro 5:3). Leer aquรญ.

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Signos vitales: amor al hermano

El pastor Misael Susaรฑa comparte un signo vital de todos aquellos que tienen vida eterna: amor al hermano. Ademรกs, nos reta a amar prรกcticamente y nos motiva con el amor de Dios.